El titular de la ANSES local, Pablo Agüero, consideró que el cargo de golpista que Javier Milei endilgó al extinto expresidente Raúl Alfonsín fue sacado de contexto, pero coincidió con el mandatario en que la caída de Fernando de la Rúa en diciembre de 2002 resultó de un golpe de Estado.
“Fueron palabras textuales del expresidente De la Rúa, donde hacía mención y me tomé el atrevimiento de transcribir donde él decía: ‘Ante la violencia y la falta de apoyo, mi renunciamiento sirvió para establecer el orden gravemente alterado en la zona del Obelisco’. Milei dijo que las palabras del expresidente De la Rúa estaban aludiendo a un golpe de Estado pergeñado acordado en ese momento. Fueron las mismas palabras de De la Rúa y el Presidente las toma. Pueden gustar o no las formas de nuestro Presidente, pero lo único que creo que hizo fue traer a colación una parte de la historia argentina”, aclaró Agüero.
En rigor, Milei dijo en Córdoba, en un evento de la Fundación Mediterránea, que es irónico que Alfonsín sea considerado el padre de la democracia cuando fue “partidario de un golpe de Estado” en el que aparte de él habrían estado involucrados Eduardo Duhalde y la Unión Industrial Argentina. La ministra de Seguridad Patricia Bullrich, que era ministra de Trabajo de De la Rúa, reforzó horas después la descabellada hipótesis y sumó a los sindicalistas Hugo Moyano y Luis Barrionuevo en el complot.
No hay descontextualización. Aunque la aseveración de Milei fue una digresión dentro del discurso que estaba pronunciando, refleja su pensamiento, que es también, al parecer, el de Agüero.
El titular de la ANSES recordó que el sector libertario está empeñado “en una batalla cultural” dentro de la cual está dispuesto a “dar a conocer a la Argentina esta parte de la que no se habla”, si bien reconoció que “Alfonsín fue una parte importante de la vuelta de la democracia que hoy estamos viviendo en la Argentina”.
Pero la caída de Fernando de la Rúa no requirió ninguna conspiración. Simplemente, tras la renuncia de Carlos “Chacho” Álvarez a la vicepresidencia se aceleró un proceso de degradación que lo vació de poder y el gobierno de la Alianza se hizo insostenible porque fracasó en gestionar una salida ordenada del régimen de Convertibilidad. La movilización de la clase media con sus ahorros confiscados en el “corralito” fue el factor definitorio.
Alfonsín era el presidente de la UCR y sostuvo el respaldo a De la Rúa hasta donde pudo. Las tratativas que llevaron a Duhalde a la Presidencia interina se ajustaron a los procedimientos constitucionales y legales establecidos para el caso de acefalía. Duhalde asumió con un amplio consenso del Congreso tras un fugaz mandato de Adolfo Rodríguez Saá que el radicalismo había rechazado.
Se entiende de todas maneras que Agüero intente morigerar el impacto ofensivo de las manifestaciones de Milei. El dirigente forma en el “karimenemismo”, que ha capturado el sello de La Libertad Avanza y expulsado al sector que encabeza el excandidato a gobernador José Jalil Colomé.
La intención de estos “karimenemistas” de cara a las elecciones del año que viene es aliarse con parte del radicalismo local. El boinablanca más cercano a esa conformación es el diputado Tiago Puente, a quien se le hará muy difícil sumar radicales a su estrategia en la medida que persistan las ácidas agresiones presidenciales.
De ahí que Agüero salga a hacer aclaraciones.
“Todos sabemos la línea del presidente Javier Milei, que es enfático, incisivo en el momento de hacer comentarios y declaraciones. Trajo a colación un raconto de lo que es la historia de nuestra Nación y por ahí se descontextualiza o se le da mayor trascendencia por ser la imagen del presidente”, aplacó.
Calma, radicales, no es para tanto. Después de todo, aunque muchos correligionarios prefieran no acordarse, De la Rúa también era radical.