Viviana Aguirre, ex funcionaria del PAMI de La Plata y diputada suplente libertaria en la Provincia de Buenos Aires, detonó un escándalo de corrupción en la obra social de los jubilados que comienza a hacer metástasis en otros distritos y afecta a la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei.
La hermanísima fue ungida presidenta de La Libertad Avanza por su hermano Javier en un resonante acto que se realizó en octubre del año pasado en Parque Lezama. El Presidente le encomendó la organización de la estructura partidaria en todo el país, tarea que lleva adelante con la colaboración del menemismo residual que integran el presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem, y el perpetuo funcionario parlamentario Eduardo “Lule” Menem, ahora transferido a la Casa Rosada. Sobrinos del legendario Carlos Saúl, no consiguen todavía demostrar que el talento político sea virtud genética.
Viviana Aguirre denunció que un colaborador de Sebastián Pareja, subsecretario de Integración Socio Urbana de la Nación y articulador electoral designado por el “karimenemismo” en la Provincia de Buenos Aires, le exigió un millón de pesos de su sueldo para designarla coordinadora contable del PAMI La Plata y la tentó con coimas para hacerle firmar “papeles ilegales”. Dijo que a los “karimenemistas” no les gustó que “le cortara el grifo de la corrupción” en el PAMI. Aseguró que obligaban a los empleados a entregar aproximadamente un 5% de sus sueldos para financiar actividades partidarias y que hubo licitaciones poco transparentes en varias delegaciones del país.
Tras la denuncia de Aguirre, comenzaron a aparecer episodios similares en otras delegaciones del PAMI del país y versiones que extienden el método recaudatorio a la ANSES.
La respuesta del “politburó” libertario consistió en anunciar oficialmente auditorías implacables para erradicar las corruptelas y endilgarle extraoficialmente la denuncia al asesor Santiago Caputo, enfrentado al parecer con Karina y su tropa por diferencias en los criterios de administración del calendario electoral.
Como sea, el incidente remite al de la venta de candidaturas en la etapa previa a la Presidencia. La polémica terminó con la excomunión del operador Carlos Kikuchi, que hasta entonces era el brazo derecho de Karina en la organización del tinglado libertario. Fue un cisma importante en la institucionalización del dogma de la motosierra.
Karina y Kikuchi habían defenestrado un año antes a Carlos Maslatón, otro caracterizado referente libertario de la primera hora. Maslatón los había responsabilizado por el fracaso del acto de lanzamiento de la candidatura presidencial de Milei realizado en Gerli, Avellaneda, en julio de 2022.
“Todos los militantes liberales de la República Argentina apoyamos a muerte a Javier Milei Presidente 2023, pero ninguno de nosotros va a aceptar ninguna orden más de Karina Milei, dictadora barata e ignorante en todos los aspectos, ni del traidor infiltrado de Kikuchi”, se despachó Maslatón en ese momento. Así le fue.
La controversia del PAMI se inscribe en la interna libertaria bonaerense y no sería extraño que precipite nuevas excomuniones. Lo interesante es cómo se encadena a la serie de fracturas provocadas por Karina, sacerdotisa máxima de Las Fuerzas del Cielo.
A Maslatón y Kikuchi pueden añadirse herejes como el ex jefe de Gabinete Nicolás Posse o la ex canciller Diana Mondino; la vicepresidenta Victoria Villarruel aguanta porque no la puede echar, pero muy cercada. Los diputados nacionales Oscar Zago, del MID, y Marcela Pagano forman parte también del bloque de disidentes tolerados por no estar a tiro de decreto. El legislador porteño Ramiro Marra fue condenado al ostracismo de pelear su reelección en lista aparte de la encabezada por el vocero Manuel Adorni.
Nadie osa cuestionar a “El Jefe”, pero el carácter expulsivo de su gestión es cada vez más evidente, con un detalle adicional desde el Criptogate a este parte: la sumisión podría estar encubriendo corruptelas. n