El incremento de los precios internacionales del oro y el cobre y las previsiones de que la tendencia al alza se sostendrá en los próximos años tornaron rentable la explotación de los remanentes que quedaron en Bajo La Alumbrera e indujeron a la Glencore a reactivar las operaciones suspendidas en 2018: el yacimiento pionero de la megaminería argentina volverá a ponerse en marcha a fines de 2026 para entrar en producción en el primer semestre de 2028 y extraer “a raspa ‘e la olla”.
El anuncio abre en principio un horizonte promisorio para la Provincia, por lo que le correspondería en concepto de regalías y eventuales utilidades de YMAD: los rindes del oro y el cobre son muy superiores a los que arroja el litio, por el que las empresas pagan al fisco alrededor del 3% de su facturación.
Glencore proyecta producir en la nueva etapa 75.000 toneladas cobre, 317.000 onzas de oro y mil toneladas de molibdeno. Glencore proyecta producir en la nueva etapa 75.000 toneladas cobre, 317.000 onzas de oro y mil toneladas de molibdeno.
Tanto Glencore como el gobernador Raúl Jalil destacaron la importancia que tuvo el Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI). La firma señaló además que el reinicio de las operaciones funcionará como “facilitador” del proyecto Agua Rica, que utilizará la infraestructura de Alumbrera.
Minera Alumbrera anunció en abril de 2018 que pretendía extender la vida útil del yacimiento por una década más, aunque ya no con la modalidad a cielo abierto sino a través de túneles, como se opera en Farallón Negro. Sin embargo, las cuentas no cerraron y en noviembre de 2019 se decidió suspender todo.
La proyección ahora es una explotación de cuatro años, que produciría 75.000 toneladas de cobre, 317.000 onzas de oro y mil toneladas de molibdeno. Obviamente hay que considerar el costo de la inversión, pero a los precios actuales serían más de 2.300 millones de dólares.
"Más allá de los resultados económicos del reinicio de Alumbrera considerado de manera independiente, el mismo resulta un facilitador natural para MARA. Por un lado, reduce el riesgo de la puesta en marcha de la planta concentradora y de la logística de transporte, y reentrena a la fuerza laboral antes de obtener el primer mineral del yacimiento Agua Rica. Además, mantiene en funcionamiento infraestructuras críticas, que pueden compartirse con el proyecto, generando sinergias operativas”, señaló el CEO de Glencore Argentina, Martín Pérez de Solay.
“El reinicio de Alumbrera demuestra que la provincia de Catamarca puede desempeñar un papel clave en el desarrollo continuo de la industria minera local y nacional, y de sus respectivas economías. Este nuevo anuncio tiene lugar luego de la presentación de las solicitudes de adhesión de los proyectos de Glencore en Argentina -MARA y El Pachón- al RIGI, en agosto pasado. Asimismo, confío en que estos proyectos apoyarán la ambición del país de convertirse en uno de los principales productores mundiales de cobre", añadió.
Jalil, por su parte, consideró que “el reinicio de la operación de Alumbrera significa más trabajo y desarrollo para todos los catamarqueños y además posiciona a nuestra provincia en el eje del mapa minero nacional y mundial en producción de cobre".
Las expectativas son altas, en sintonía con la retórica oficial que atribuye a la minería rasgos casi mágicos como estímulo para el desarrollo.
Sin embargo, los resultados de la primera experiencia fueron decepcionantes, no porque los ingresos para el sector público resultaran escasos, sino porque su impacto se diluyó en gastos corrientes, incompetencia y corruptelas. La renta minera alcanzó su auge entre 2003 y 2010, pero el Estado malogró su potencial e infligió un daño importante a la licencia social, que es indispensable para la actividad.
La reactivación de Bajo La Alumbrera abre una nueva oportunidad para proyectar con criterios más sensatos las inversiones.