No fueron muchas las promesas, enunciadas al momento de su asunción, que el expresidente Alberto Fernández pudo cumplir durante su mandato de cuatro años. Una de ellas fue la reforma de la SIDE, propuesta que tenía como propósito desmantelar al organismo de inteligencia que el mandatario del Frente de Todos calificó como parte de “los sótanos de la democracia” por sus actividades ilegales de espionaje, que fueron una constante desde la dictadura en adelante, pero que escalaron durante el gobierno de Mauricio Macri.
La iniciativa de Fernández transformó a la SIDE en AFI (Agencia Federal del Inteligencia), con el objetivo de transparentar al organismo, desclasificar archivos y limitar sus fondos reservados. Los avances del proceso reformista fueron parciales y culminaron abruptamente con la asunción de Javier Milei, que volvió a la vieja SIDE no solo nominalmente, sino también en sus funciones desestabilizadoras, de espionaje interno y con abundantes recursos para sus gastos reservados, que nadie puede controlar.
El año pasado el Ejecutivo nacional pretendió sin éxito (el Congreso de la Nación, con los votos en contra de todo el arco opositor, incluido el Pro, rechazó el proyecto) incrementar los fondos reservados. Este año, sin embargo, la SIDE libertaria ha visto incrementar progresivamente su presupuesto, lo que resulta una paradoja en términos fiscales para un gobierno que continúa con su prédica de “no hay plata”.
Para evitar complicaciones legislativas, el Ejecutivo amplía ahora los fondos presupuestarios de la SIDE por decreto. En los últimos días la ampliación –la sexta en lo que va de 2025- alcanzó los 26 mil millones de pesos. El mismo día de publicación de ese decreto, como un hecho simbólico tal vez no deliberado, el Gobierno emitió otro que establece que el monto del bono para jubilados y pensionados que cobran la mínima seguirá congelado, como desde hace casi dos años, en los magros 70.000 pesos. Según el director de CEPA Hernán Letcher, si el bono se actualizara con el mismo criterio que la SIDE, entonces “en diciembre debería ser de $177.485. Los jubilados que cobran la mínima pierden $107.485 por mes”. Como se ve, no hay plata para algunos, pero para otros sí.
Los aportes generosos para el área de inteligencia continuarán en el futuro. El proyecto de presupuesto 2026 prevé para la SIDE un incremento superior al contemplado en la misma iniciativa para la inflación anual. El año que viene recibirá 97 mil millones –sin contemplar las ampliaciones que seguramente se aprobarán, continuando con la lógica de este año-, de los cuales la mayor proporción estarán destinados a gastos en personal.
Más allá de lo estrictamente económico, preocupa a la oposición, y también a sectores del oficialismo, el camino que presuntamente cumple la SIDE mileísta, más abocada a operaciones políticas internas que a tareas vinculadas a la seguridad nacional. Un camino que parece llevarla una vez más a los sótanos de la democracia.