domingo 17 de marzo de 2024
Editorial

Ciencia ajustada

Tal vez porque tiene menos historia que el de Salud, la desaparición del Ministerio...

Por Redacción El Ancasti

Tal vez porque tiene menos historia que el de Salud, la desaparición del Ministerio de Ciencia y Tecnología ha tenido una repercusión más acotada, pero de todos modos su desjerarquización traerá consecuencias de largo plazo sobre las que la propia comunidad científica está tratando de alertar.


Cincuenta destacados científicos argentinos que han obtenido distinciones en el exterior, donde actualmente residen, redactaron una carta pública en la que expresan su preocupación por la transformación del Ministerio en Secretaría y enumeran los logros obtenidos por la ciencia argentina desde que se tomó la decisión, en 2007, de crear la cartera ahora desaparecida. La misiva recibió el apoyo de otros 44 investigadores.

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  • Destacan que la creación del Ministerio de Ciencia y Tecnología “impulsó el gran avance no sólo en el sistema científico sino en salud pública y en la actividad económica por medio de un gran número de actividades de financiamiento, entrenamiento, y divulgación que ahora quedarían totalmente relegadas”.  


    Los cincuenta científicos firmantes fueron distinguidos entre 2010 y 2017 con el premio Raíces, y han logrado convenios de cooperación con países industrializados que ahora podrían caerse por el achicamiento del sector. 


    Entre los éxitos alcanzados en la última década en el sector de la ciencia y la tecnología, en el escrito se menciona la incorporación de numerosos jóvenes al sistema científico-productivo, la expansión federal de la Ciencia a las provincias y la planificación científica a largo plazo, entre otros objetivos generales. Pero también señalan aportes concretos al servicio de salud a la población a través de la producción de vacunas, el mejor control de la producción de alimentos, la mejora sanitaria en ríos, costas y suelos.


    El apoyo a la ciencia había logrado revertir el proceso de exilio forzado de científicos argentinos que se dio históricamente. Muchos investigadores, incluso, volvieron al país luego de años trabajando en el extranjero. Hoy la fuga de cerebros vuelve a ser una posibilidad cierta en nuestro país.


    En rigor, el ajuste a la ciencia comenzó bastante antes de que se tomara la decisión de desjerarquizar el ministerio. Los ajustes presupuestarios fueron achicando el margen de maniobra del área. El recorte al presupuesto para la mayoría de los organismos que componen el Sistema Nacional de Ciencia y Tecnología puede demostrarse en números: actualmente corresponde al 0,59% del presupuesto nacional total, un porcentaje menor al de años anteriores (de 2009 a 2016 osciló entre el 0,7 y 0,8%).


    La carta de los prestigiosos científicos que se manifestaron en contra de la disolución del Ministerio y del empeoramiento en general de la política de promoción del sector tiene un notable valor testimonial, pero su impacto en el sentido de modificar la tendencia será probablemente nulo. En épocas de ajuste, donde se achica hasta la Salud, con graves secuelas inmediatas, no parece que el gobierno tenga pruritos en recortarle a la ciencia, cuyos frutos se ven en el mediano y largo plazo.

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