domingo 20 de abril de 2025
EDITORIAL

Tres décadas

Por Redacción El Ancasti

El nacimiento de un diario no es el resultado de una decisión repentina, adoptada caprichosamente por móviles ligados con exclusividad a una idea de rentabilidad empresarial. Fundar un diario es, el lector sabrá entender, algo muy distinto que abrir cualquier comercio.

El nacimiento de un diario es fruto de un largo proceso, en el que por cierto son necesarias las planillas de cálculo para proyectar la sustentabilidad económica del emprendimiento. Pero lo central en la puesta en marcha de un medio de comunicación con aspiraciones de convertirse en referencia inevitable de la vida de una ciudad, una provincia o una región, es la capacidad que tienen sus mentores –hablamos de sus gestores empresariales pero también de los trabajadores que participaron de su fundación- de soñar con que semejante desafío es posible, con que los obstáculos y las restricciones pueden superarse, y que la herramienta en construcción será un aporte positivo a la transformación de la realidad.

EL ANCASTI cumple hoy 30 años. Desde ese momento fundacional, cuando el primer número vio la luz en una fría madrugada catamarqueña de fines de la década del ochenta, se han producido enormes cambios en Catamarca, la Argentina y el mundo, mutaciones que han quedado registradas en las páginas impresas y también, en las últimas dos décadas, en el ámbito virtual de su versión digital.

EL ANCASTI se fijó como objetivo ser un servidor público. Un espacio plural en el que estén contenidas todas las voces. Especialmente aquellas que apenas se escuchan, que necesitan de la amplificación de los medios de comunicación para que sean atendidas. Y sus planteos resueltos.
Un espacio, también, donde caben las noticias de la agenda diaria pero también las perspectivas estratégicas, las opiniones fundadas, los debates ineludibles.

El diario no tiene –nunca ha tenido- la soberbia pretensión de ser portavoz de verdades reveladas. En estos treinta años ha puesto a la consideración de la comunidad, con humildad pero con convicción, sus puntos de vistas sobre los temas de interés general. Ha marcado lo que considera errores de los protagonistas de la vida pública, no con la intención deliberada de corroer la credibilidad de los señalados, sino más bien con afanes constructivos. Y ha ofrecido ideas, propuestas, proyectos para mejorar la calidad de vida de los catamarqueños.

A lo largo de estos treinta años, el diario ha sabido adaptarse a las profundas transformaciones tecnológicas y de producción de la información. EL ANCASTI de hoy es un medio de comunicación del siglo XXI, muy diferente en sus formas al que nació a la vida periodística en 1988. Pero ha permanecido inalterable aquella mística fundacional, que supieron asimilar todos los que han formado parte de este medio de comunicación a lo largo de las tres décadas, pero también, y fundamentalmente, los lectores, que son el complemento imprescindible para que un diario cumpla su cometido, la función social para la que fue concebido.

 

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