La controversia entre el concejal Juan Cruz Miranda, que va por la reelección, y Maximiliano Mascheroni, director de Desarrollo Económico y Empleo de la Municipalidad, que compite para ingresar al Concejo Deliberante, expuso la reñida interna que protagonizan los precandidatos a concejal del Frente Justicialista para la Victoria en el distrito capitalino. La pelea viene desarrollándose con bajo perfil mediático, pero es muy intensa en el mano a mano con los vecinos y en las redes sociales. El peronismo ofrece nueve sublemas. Aparte de los encabezados por Miranda (Obras, Corazón y Progreso) y Mascheroni (Identidad y Militancia Peronista) están los de Mauricio Varela (Esperanza Capital), Alexis Rizo (Vamos), María Castaños (Unión por la Justicia Social), el concejal Juan Sigampa (22 de Junio), Omar Gallardo (Militancia y Lealtad), Guillermo Perna (Compromiso Joven) y María Soledad Martínez (Kirchnerismo para Todos).
La disputa es interesante. Son casi todas figuras jóvenes que buscan inserción en lo que puede considerarse el escalón inicial de la carrera política. Cada sublema tiene sus padrinos, por supuesto, en el marco de la pulseada que se abrirá hacia 2019 por la intendencia de la Capital porque el intendente Raúl Jalil, por imperio de la Carta Orgánica, no puede presentarse a un tercer mandato, pero las PASO son, en este caso, mecanismo idóneo para determinar legitimidades. Como se sabe, la lista de candidatos definitiva que competirá en octubre se conformará de acuerdo con la distribución proporcional que se haga en base a los resultados del 13 de agosto. Para el FJV, las bancas expectantes son cuatro de las siete que se renuevan, si gana. Cupo femenino mediante, por lo menos la tercera debe ser ocupada por una mujer. Es decir que son más los sublemas peronistas que la totalidad de las bancas en disputa, y los cabeza de lista (solo hay una mujer) deben considerar la posibilidad de quedar relegados por el cupo femenino. Además, todos los sublemas se referencian con las listas únicas de diputados nacionales y provinciales, de modo que la proliferación de ofertas municipales obliga a los precandidatos a redoblar esfuerzos para diferenciarse y conseguir el favor de sus vecinos, cosa que no podría ser en principio más beneficioso para la salud democrática, pues restringe la incidencia del “dedo” arbitrario en la confección de las listas sábana. De ahí que la refriega sea de hacha y tiza.
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El FCS, mientras tanto, tiene solo dos sublemas en la categoría concejales, encabezadas por diputado provincial Simón Hernández, que quiere volver al CD, y el abogado Fernando Navarro, respectivamente referenciados en las candidaturas de diputado nacional de Eduardo Brizuela del Moral y Roberto Gómez. La pelea tiene características diferentes a la del FJV, pues Navarro integra una alianza que desafía al oficialismo partidario, pero no por ello está exenta de angustias. El presidente de la JR, Tiago Puente, no las tiene todas consigo como segundo de Hernández. Si los dos primeros casilleros se reparten entre Hernández y Navarro, el tercero, por el cupo femenino, le correspondería a una mujer que debería ser María Bazán (de la lista de Navarro) o María Alicia Paz (tercera en la lista de Hernández, nuera de Brizuela del Moral).