La paritaria docente es solo el comienzo de un largo proceso de negociaciones salariales que tendrán al Estado como patronal y a los trabajadores del sector intentando no perder poder adquisitivo en un contexto de alza inflacionaria desatada a partir del mes de noviembre y profundizada desde la devaluación de diciembre.
El resultado de estas tratativas tendrá, por cierto, impacto en el bolsillo de los empleados públicos, pero también en las cuentas fiscales, que en el caso de Catamarca y la mayoría de las jurisdicciones presentan un saldo deficitario.
En Formosa, los estatales lograron un 35% de aumento
En términos relativos, los sueldos estatales se han incrementado notablemente desde el año 2003 hasta la fecha. Aquel año los sueldos de los trabajadores estaban muy deprimidos como consecuencia de la crisis económica que había tenido su pico en el período 2001-2002.
A partir de aquel piso el incremento anual de los ingresos salariales superó en términos generales a la inflación, sobre todo a partir del restablecimiento de las paritarias. Con la excepción de dos años -2010 y 2014, en el que los sueldos perdieron un 6% y un 3% respectivamente-, en el resto de los períodos los trabajadores salieron airosos de las negociaciones paritarias y recuperaron poder adquisitivo.
Así lo asegura un informe presentado por la consultora Noanomics, que añade que el aumento real de los salarios se registró en la totalidad de las jurisdicciones, aunque con grandes disparidades.
Los extremos son Misiones, cuyos trabajadores estatales mejoraron en términos relativos un 131% y Santiago del Estero, que apenas lograron mejoras del orden del 5%.
Otras provincias superan la media real, que es del 81%: Formosa (128%), Mendoza (114%), Entre Ríos (112%), Tucumán (112%), Santa Cruz (112%), Río Negro (111%), La Pampa (111%), Jujuy (98%), Córdoba (98%), Santa Fe (98%) y Salta (83%).
El resto de las jurisdicciones se encuentra por debajo del promedio, entre ellas Catamarca, cuyos salarios estatales mejoraron, respecto de la inflación, un 60%. Nuestra provincia está entre las que menos mejoraron. Solo supera a Corrientes, Chaco, San Juan, La Rioja y, por supuesto, Santiago del Estero.
Las paritarias de 2016 se realizarán en un contexto en el que se conjugan la inflación y la recesión. La puja entre las partes –los gremios estatales, por un lado, y el Estado patronal, por otro- será particularmente dura, como ya se ha anticipado en la paritaria docente.
Los empleados públicos aspiran a no perder poder adquisitivo, mientras que los Estados –los provinciales y el nacional- pretenden ponerle techo a los aumentos salariales para no disparar aún más el déficit de las cuentas fiscales.De modo que se espera una negociación en la que prime la razonabilidad. El desafío, en definitiva, es encontrar un equilibro entre las necesidades de los trabajadores de no perder capacidad de compra con sus salarios y de los gobiernos de ponerle un freno a la disparada de déficit en el marco de una preocupante retracción de la actividad económica.
La puja entre los gremios estatales y el Estado patronal será particularmente dura, como ya se ha anticipado en la paritaria docente.