sábado 13 de diciembre de 2025
Cara y Cruz

Ejes corridos

La mesurada explicación del rector Oscar Arellano al informe que ubicó a la Universidad Nacional de Catamarca entre los organismos nacionales menos transparentes del país, contrastó con la ofrecida por el referente local de la CONADU, Fernando Morales, para quien la Agencia Nacional de Acceso a la Información Pública pretende “correr el eje de la discusión” sobre el incumplimiento de la ley de financiamiento educativo. Es una maniobra clásica entre “corredores de ejes”: ambas cosas pueden discutirse simultáneamente, más aún cuando en el debate intervienen académicos.

Arellano atribuyó el aplazo a que a la UNCA todavía no tiene un portal en internet en el que se publiquen datos relacionados con la administración de sus recursos. Prometió que tal portal estará disponible “en breve”, pero aseguró que la UNCA cumple con todas las normativas referidas a la transparencia y mantiene un flujo de información permanente hacia los organismos que lo requieren.

Morales, en cambio, desacreditó a la Agencia de Acceso a la Información Pública como “un observatorio pagado por una consultora” y resaltó que los únicos organismos habilitados para auditar a las universidades son la Sindicatura y la Auditoría General de la Nación.

“Si vamos a hablar de transparencia, lo primero que nosotros pedimos es que este Gobierno sea transparente”, exigió, como si los renuncios gubernamentales excusaran los universitarios.

La Universidad Nacional de Córdoba encabezó el ranking de transparencia elaborado por la Agencia de Acceso a la Información Pública. La Universidad Nacional de Córdoba encabezó el ranking de transparencia elaborado por la Agencia de Acceso a la Información Pública.

Es curioso que no advirtiera que el informe del “observatorio” no estuvo circunscripto a las universidades, sino que abordó casi 200 organismos públicos de diferente tipo. Más curioso resulta que le asigne un carácter “antiuniversitario” cuando ubicó en el primer puesto de transparencia a la Universidad Nacional de Córdoba, que alcanzó los 100 puntos posibles del análisis, mientras que por encima de los 90 se ubicaron las universidades de Mar del Plata, San Martín, La Plata, Lanús, Quilmes, Cuyo, General Sarmiento, del Litoral y del Noroeste de la Provincia de Buenos Aires.

La UNCA quedó en el casillero 160, con apenas 22,1 puntos sobre los 100 requeridos, seguida por las casas de Lomas de Zamora, Alto Uruguay, Madres de Plaza de Mayo, La Rioja y Guillermo Brown.

Por otra parte, en ningún momento se pusieron en duda las facultades de SIGEN y la AGN para auditar a las universidades. El asunto es que no las auditan, y es justamente por eso que cobran relevancia estudios como el realizado por la Agencia de Acceso a la Información Pública, independientemente de los maléficos poderes que las instigan.

Arellano, que por lo menos parece haber leído la información publicada por este medio, se dio cuenta de que la UNCA está en falta porque el “índice de transparencia” diseñado por la agencia se basa en los portales de las instituciones y evalúa la claridad y accesibilidad de la información que ofrecen a la sociedad. Por eso salió de inmediato a informar que el portal está “en desarrollo”. El que “corre el eje”, de tal modo, es Morales.

El Gobierno debe, obviamente, cumplir con la ley de financiamiento educativo, pero que la incumpla no significa habilitar el oscurantismo presupuestario.

“Nosotros decimos qué es lo que se tiene que hacer y quién nos tiene que auditar. No un observatorio pagado por una consultora. A nosotros quién nos tiene que auditar y nos tiene que definir y decir ‘ustedes hacen mal esto’, son dos organismos del Estado”, dijo Morales.

Perfecto. No se entiende qué problema habría en que el manejo del presupuesto de la UNCA sea accesible al público en general hasta que tales organismos se sacudan las itas, porque tampoco es que el sistema informativo esté saturado de datos sobre auditorías.

La UNCA, como tantas otras entidades, se financia con fondos públicos. Sería bueno que todas tengan los dichosos portales y los actualicen, sin tantas susceptibilidades y paranoias. No es que se dude de la integridad de los administradores, pero no hay necesidad de darles pretextos a los malpensados.

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