Un video viral reveló la biodiversidad extrema del salar de Antofalla
Un hallazgo compartido en Instagram reavivó el interés por los salares altoandinos. Científicas del Laboratorio de Humedales, perteneciente al CONICET y la UNCA, investigan desde hace años la biodiversidad y su rol clave en los ecosistemas de la puna.
La viralización de un video en las redes sociales en las que se aprecia un pequeño crustáceo del género Artemia en el salar de Antofalla, fue la punta del ovillo para conocer más sobre la fauna de la puna y cómo es el trabajo que vienen realizando investigadoras catamarqueñas en esa zona y en otros puntos de la provincia.
En la cuenta @antofagastasoy de Instagram se compartió un reel bajo el título “La vida que desafía lo imposible”. El registro es impactante por lo llamativo de la especie y la majestuosidad del paisaje del salar de Antofalla, una de las bellezas naturales de la provincia. Revista Express consultó a la Dra. María Florencia Colla, bióloga egresada de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales (UNCA) y Doctora en Ciencias Naturales de la Facultad de Ciencias Naturales y Museo (FCNyM), Universidad Nacional de La Plata, Buenos Aires.
Actualmente, es investigadora asistente de CONICET en el Laboratorio de Humedales, perteneciente al Centro Regional de Energía y Ambiente para el Desarrollo Sustentable (CREAS), unidad ejecutora de doble dependencia CONICET y UNCA.
Florencia, junto al equipo del Laboratorio de Humedales trabaja desde el 2016 en la puna catamarqueña y fue entrevistada por “Tiempo Real” en AncastiStreaming.
“La artemia habita naturalmente en los ambientes muy salinos, son organismos indicadores de salinidad. Se los llama también “camarones de la sal” y pertenecen al gran grupo de los crustáceos, al igual que los cangrejos, los camarones y los langostinos”, explicó.
Las artemias están adaptadas a estos ambientes extremos y producen pigmentos, como los carotenos, que las protegen de la radiación UV, dándoles una coloración rojiza o naranja. Otra adaptación muy importante de estos organismos, es la producción de huevos muy resistentes al congelamiento y la desecación, que pueden sobrevivir en reposo durante décadas en el fondo de las lagunas, para luego eclosionar y volver a iniciar el ciclo de vida, cuando el ambiente se torna favorable.
El ambiente extremo de la puna es propicio para su crecimiento. Florencia explicó que también hay otros organismos invertebrados que se desarrollan en esa geografía.
“Vamos a encontrar otros microcrustáceos, gusanos, larvas de distintos insectos, que cumplen roles muy importantes en estos sistemas. Entonces, es imprescindible conocerlos, estudiarlos y por supuesto, proteger estos ambientes”.
Colla explicó que estos organismos son fundamentales en las cadenas alimenticias de estos ecosistemas, alimentándose de bacterias y algas, y a su vez, siendo alimento para otras especies, como los flamencos, cuyas poblaciones pueden ser vulnerables.
La Puna de Catamarca atrae a muchos científicos debido a sus características similares a otros ambientes extremos, como lo fue la Tierra primitiva hace 4.500 millones de años, antes de que existiera la vida, y al rocoso planeta Marte. Esto ha motivado investigaciones para correlacionar estos ambientes e intentar desentrañar, entre otras cosas, nada menos que el origen de la vida en nuestro planeta. Debido a esta naturaleza extrema, en la puna existe un alto grado de endemismo, lo que significa que muchos organismos sólo se encuentran en esa región limitada.
El Laboratorio de Humedales pertenece al Centro Regional de Energía y Ambiente para el Desarrollo Sustentable, es una institución dependiente del CONICET y de la UNCA.
“Trabajamos en dos grandes líneas, una de ellas es la de Geobiología y Geoquímica Ambiental, en la que la Doctora en Geología, Agustina I. Lencina, estudia los sistemas microbianos de los humedales de la puna, los minerales presentes en estos ambientes y también analiza las comunidades de unas algas muy pequeñas, llamadas diatomeas. La otra línea es la de Limnología y Ecología General de invertebrados acuáticos, donde analizo las comunidades de estos organismos, su diversidad, distribución y qué factores del ambiente son importantes para su presencia y crecimiento en los humedales”, precisó Colla.
La puna catamarqueña es uno de los destinos turísticos más elegidos por los visitantes de diversos puntos del país y extranjeros. Este aluvión de turistas muchas veces trae consecuencias indeseables como la falta de cuidado del entorno natural.
La bióloga enfatizó que es muy importante que los turistas tengan en cuenta su fragilidad. “Se debe evitar llevarse de souvenir una piedrita o una plantita”. La razón es que "todo lo que está ahí está por algún motivo" y "cumple alguna función". Interferir al llevarse algo de recuerdo tiene un impacto negativo en estos ambientes.
El alcance de las redes sociales es, a veces, inimaginable. Pasó con este reel que captó la atención y sirvió para poner énfasis en las bellezas paisajísticas catamarqueñas y el creciente valor de protegerlas del impacto humano. El llamado a la toma de conciencia no sólo es tarea de investigadoras como Florencia, sino de todos aquellos que recorren la puna y otros tesoros naturales de la provincia.
Para quienes quieran interiorizarse en el trabajo del Laboratorio de Humedales podés seguir la cuenta de Instagram: @lab_humedales.
Texto: Pablo Vera
Fotos: Laboratorio de Humedales
Un descubrimiento como antecedente
En el 2015 María Florencia Colla fue noticia luego de que descubriera una nueva especie de anfípodos, organismos milimétricos, parientes de crustáceos como los cangrejos. El trabajo fue publicado en una revista especializada que se editaba en Bulgaria.
La bióloga estaba en la División Zoología Invertebrados del Museo Nacional de Ciencias Naturales de La Plata realizando análisis para su tema de tesis doctoral cuando efectuó el descubrimiento de la especie.
El nuevo anfípodo recibió como nombre científico "Hyalellamisionensis Colla y César 2015". El primer apellido es por María Florencia, y el segundo alude a Inés Irma César, la directora de tesis de la bióloga catamarqueña.