Un tercio de las Fiscalías de Instrucción de la Primera Circunscripción Judicial está al mando de mujeres. Todo un récord en esta dependencia del Poder Judicial.
Mujeres en el Poder Judicial. De las nueve Fiscalías de Instrucción de la Primera Circunscripción Judicial, tres están al mando de mujeres.
Con el reciente nombramiento de la fiscal de Instrucción Gabriela De Marcos, “el cupo” femenino en esa repartición del Fuero Penal cubre un tercio. Con este nuevo nombramiento, de nueve Fiscalías de Instrucción de la Primera Circunscripción Judicial, actualmente tres están encabezadas por mujeres. Todo un récord. Junto con ella se encuentran las fiscales Yésica Miranda y Antonella Kranevitter.
Es un gran avance que voltea ciertos mitos con relación a que el Fuero Penal “es para hombres”. Que las mujeres puedan llegar a ocupar estos cargos por su capacidad pone en evidencia no sólo la necesidad de que haya equidad sino también oportunidades. Demostrado quedó que en este Fuero la idoneidad y la experiencia son requisitos claves, que se alcanzan con el recorrido de una carrera judicial. En el Fuero Penal las demandas son constantes y no hay horarios. Si hubiera un homicidio u otro delito grave, el fiscal en turno (mujer u hombre) debe presentarse en el lugar de los hechos. Hay protocolos que deben cumplirse.
Nadie cuestiona al fiscal hombre que es padre sobre quién se encarga del cuidado de sus hijos porque se sobreentiende que el trabajo de crianza y cuidado de los chicos es responsabilidad de la madre por los roles socialmente establecidos desde el principio de los tiempos pero que ya no es tan así. Sea en el Fuero Penal como en cualquier ámbito de la vida misma, nadie cuestiona cómo un hombre organiza su vida para desempeñarse en el ámbito laboral, seguir capacitándose y además paternar. “¿Paternar?” ¿Qué es eso? Por mandato social, el hombre debe ser proveedor y protector.
Sin embargo, pareciera que las mujeres debieran “demostrar” su capacidad y deben “ganarse” el lugar a fuerza de trabajo y sacrificio; que cueste sangre, sudor y lágrimas para que sea “digna” de ocupar un cargo jerárquico. Si una mujer quiere profesionalizarse, suele verse rodeada de varios obstáculos: organizar su vida para trabajar, continuar capacitándose y atender los trabajos domésticos y la crianza de los niños (si es que además tuvo la osadía de decidir ser madre). Las capacidades de las mujeres suelen ser cuestionadas. “¿Podrá desempeñarse profesionalmente y atender a sus hijos?”, es una pregunta muy común. “Si te gusta el durazno, bancate la pelusa” es la forma coloquial de decir “si querés ser profesional y dedicarte a tener hijos, pagá los costos”. Entonces, muchas mujeres se ven obligadas a establecer “prioridades”: trabajar o maternar; postergar la maternidad para ser, primero, profesional; maternar y dejar de lado el deseo de ser profesional o renunciar a la maternidad por una carrera. Pasa en todos lados; es la vida misma.
Las mujeres que actualmente están en la trinchera del Fuero Penal tienen hecha una carrera en ese ámbito. Muchas se iniciaron como empleadas; fueron delegadas judiciales y secretarias. Ganaron concursos o están en comisión tras haberse desempeñado como secretarias, luego del retiro –en la mayoría de los casos para acogerse el beneficio de la jubilación- de sus antecesores. De hecho, muchas secretarías, tanto en el Fuero Penal como en el Civil, están al mando de mujeres. También muchas son jefas de despacho.
En tiempos de deconstrucción, que un tercio de la Fiscalía de Instrucción de Primera Nominación esté al frente de mujeres es una clara señal de que es tiempo de derribar mitos. “A las mujeres no se les permite desempeñarse en el Fuero Penal” es otra creencia popular, con base a los estereotipos de género. Las mujeres –como los hombres- deberían poder tener posibilidad de elegir en qué ámbito desempeñarse. ¿Y si eligen otros fueros por decisión propia? Tener la posibilidad de decidir también debe ser una oportunidad.
Las mujeres también pueden y las oportunidades deben estar al alcance de todas las personas. No se trata de cubrir un lugar para cumplir con un cupo sino de que ese cargo sea desempeñado con idoneidad y compromiso y para ello, todas las personas deben tener la oportunidad de demostrar su capacidad, sin hacer distinción de género.
Trinchera de mujeres
(Capital e interior)
Fiscalías de Instrucción
Jésica Miranda
Gabriela De Marcos
Antonella Kranevitter
Marina Villagra
Jorgelina Sobh
Fiscalías Correccionales y de Cámara
Cynthia Romero
Daniela Barrionuevo
Defensorías Penales
Florencia González Pinto
Valeria Olmedo
Lorena Paschetta
Juzgados de Control de Garantías
Cecilia Mas Saadi
Karina Naame
Corina Pérez
Juzgados de Ejecución Penal
Elizabeth Cabanillas
Claudia Avilez
Cámaras de Sentencia en lo Criminal y de Apelaciones
Patricia Olmi
Elena Berrondo Isí
Bonus track
Defensora de Víctimas del Fuero Federal
Mariana Vera
Por Basi Velázquez, periodista de Judiciales/Policiales de El Ancasti y Revista Express