Uno de los objetivos de desarrollo de la Organización de las Naciones Unidas es la eliminación de una serie de enfermedades prevenibles y tratables y que sin embargo afectan a más de 1.700 millones de personas en el planeta. Se denominan “Enfermedades desatendidas” y todos los 30 de enero se conmemora el día de este tipo de patologías como una manera de concientizar respecto de la necesidad de combatirlas hasta la erradicación definitiva. Se las llama “desatendidas” porque aparecen muy poco en los programas de salud mundial, “lo que hace que se perpetúe en las poblaciones de mucha vulnerabilidad un ciclo de resultados educativos deficientes y oportunidades profesionales limitadas; además, están asociadas a la estigmatización y la exclusión social”, según un pronunciamiento de la Organización Mundial de la Salud.
Se trata de 20 enfermedades, algunas de las cuales presentan casos en Catamarca y toda la región del norte argentino, como el dengue y el mal de chagas. Son causadas por virus, bacterias, parásitos, hongos y toxinas. El listado incluye, entre otras enfermedades, al chikungunya, leishmaniasis, lepra, rabia, sarna, envenenamiento por mordedura de serpiente, entre otras.
Tienen en común, además de que pueden ser prevenibles y tratables, y que se registran con mayor frecuencia en áreas tropicales o subtropicales, que afectan principalmente a comunidades empobrecidas, por lo que el modo más importante de combatirlas es atacando la pobreza y la indigencia.
El lema de este año para la jornada, que se conmemoró ayer, fue “Actuar ahora, actuar juntos. Invertir en las enfermedades desatendidas”. Es que, según la Organización Mundial de la Salud, la clave para disminuir el impacto de las enfermedades desatendidas es fortalecer los sistemas de salud, favoreciendo el acceso a la atención a las personas de mayor vulnerabilidad. Los especialistas recuerdan que son patologías evitables, y, en caso de que se contraigan, tratables.
En el contexto de un panorama sumamente preocupante, se pueden señalar sin embargo algunos avances en los últimos años respecto del objetivo fijado por la ONU. Un total de 47 países eliminaron al menos una de estas enfermedades; y en 2020, 600 personas menos requirieron intervención médica contra este tipo de patologías respecto de 2010. La pandemia actualmente en curso impidió que estos avances se consolidasen porque el combate contra el Covid-19 implicó un desvío de recursos económicos que afectaron otras campañas de salud.
Dentro del grupo de enfermedades mencionado, la de mayor incidencia en Catamarca es l denominado Mal de Chagas. Estadísticas difundidas el año pasado consignan que siete de cada diez personas que tienen la enfermedad no lo soban, lo que impide el acceso a tratamientos que evitan las complicaciones que causan la infección a través de la picadura de una vinchuca.
Para ésta, como para las otras afecciones que integran el listado de enfermedades desatendidas, resulta imprescindible una mayor inversión en los sistemas de salud que contribuya a un mejor diagnóstico, a reforzar los tratamientos y, sobre todo, a la puesta en marcha de estrategias de prevención que, progresivamente, vayan erradicándolas definitivamente.