miércoles 6 de noviembre de 2024
EL MIRADOR POLÍTICO

La infiltración metropolitana

Aunque la sintonía de Lucía Corpacci con Cristina Kirchner diste de ser una novedad, nadie esperaba que la incondicionalidad llegara al punto de que la senadora nacional aceptara servir como instrumento de una agresión directa de la exvicepresidenta contra el Gobierno de Catamarca.

Como titular del PJ catamarqueño, Corpacci ha degradado el partido a sucursal del Instituto Patria para ponerlo al servicio del ultracristinismo y, en última instancia, convertirlo en dispositivo profiláctico del sucesorio político que enfrenta en la Provincia de Buenos Aires a Máximo Kirchner, hijo biológico de CFK, con Axel Kicillof, hijo adoptivo.

La escalada de la infiltración metropolitana comenzó con un fracaso.

Corpacci militó a cara descubierta en contra de la adhesión de la Provincia al Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI), pero no logró partir la representación parlamentaria oficialista, que se pronunció por aplastante mayoría a favor del sistema. El rechazo que promovía solo encontró eco en la Cámara de Diputados, con los votos de su “mozo ‘e manos” Armando López Rodríguez, la titular del Partido Intransigente Adriana Díaz y el camporista Pablo Castro. El resto del bloque, al que difícilmente podría asignársele simpatías libertarias, se enfiló con la posición del Gobierno, que reflejaba la de todas las provincias mineras y petroleras del país.

La definición del RIGI se resignifica con los nuevos acontecimientos. Como no pudo ofrendar la fractura del peronismo catamarqueño, Corpacci se replegó sobre el PJ Catamarca, al que hizo respaldar la candidatura de CFK a presidenta del PJ Nacional, primero, y luego repudiar la ausencia de la diputada nacional Fernanda Ávila en la sesión donde Javier Milei consiguió legitimar su veto a la ley de financiamiento educativo.

Se desconoce si los operadores corpaccistas sabían que el padre de la legisladora y el ministro de Gobierno Fernando Ávila agonizaba –murió pocas horas después del plenario-, pero emitieron de inmediato el comunicado condenando la ausencia de la diputada “sin ninguna razón de fuerza mayor que lo justifique”. Corpacci posteó el mensaje en su cuenta de “X”.

La ausencia de la diputada no era indispensable para blindar del veto, pero la explicación al apuro por emitir la proclama fue clara al día siguiente. CFK difundió su análisis “El voto y el veto”, en el que dedicó un párrafo al gobernador Raúl Jalil y a su par tucumano Osvaldo Jaldo: “Hoy los distintos portales de noticias nos devuelven las imágenes de gobernadores de nuestro partido que habrían influido sobre algunos legisladores de sus provincias, para plegarse a la estrategia de apoyo al veto de Milei (valoramos el pronunciamiento del Partido Justicialista de Catamarca condenando la conducta de la diputada por esa provincia)”.

La valoración específica del comunicado del PJ local insinuaba ya que se lo había emitido para darle estribo a CFK. Esta coordinación fue ratificada minutos más tarde por la propia Corpacci, que puso su firma en el operativo al retuitear la condena de la exvicepresidenta.

Toda la secuencia, que comenzó con una foto de Corpacci y CFK en el Patria adornada con alabanzas de la senadora a su ‘lideresa’, fue reproducida en las redes del PJ.

Clamor en sordina

El trasfondo es el “operativo clamor” para que CFK presida el PJ. Contra lo que el cristinismo esperaba, salió en sordina. Ningún gobernador del PJ se plegó y hay dos deserciones particularmente ilustrativas: la del riojano Ricardo Quintela, que sostiene su decisión de competir por la conducción partidaria nacional, y la del bonaerense Axel Kicillof. Conviene tener en cuenta estas abstenciones, pues Quintela fue el único gobernador que participó del acto organizado por Kicillof en la emblemática Quinta de San Vicente para conmemorar los 50 años de la muerte de Juan Domingo Perón. Corpacci también fue parte de esa ceremonia.

La adhesión del PJ Catamarca a la candidatura de CFK se anota en una lista más bien magra para las expectativas del ultracristinismo. La candidata agradeció al aporte con la mención en su crítica a Jalil.

Cuestión de prioridades

Los movimientos del PJ fueron operados sin consultar previamente ni a Jalil ni al intendente de la Capital Gustavo Saadi, en quien sería arduo encontrar algún rastro de coincidencia con Milei.

El sello ha sido capturado y malversado por el corpaccismo con un objetivo cada vez más claro: proporcionarle una herramienta institucional al cristinismo circunscripto al territorio bonaerense para intervenir en el proceso electoral del año que viene.

Es lógico que Corpacci accione unilateralmente. Para los referentes peronistas de mayor peso en Catamarca, es necesario sustraer a la Provincia de las tóxicas alternativas de la política metropolitana.

No se trata de afinidades o antagonismos ideológicos con Milei. La irrupción del libertario acentuó hasta el paroxismo una incertidumbre política que se traduce en fragmentación. En ese marco, no hay poder en condiciones de imponer sus criterios para articular una estrategia común de alcance nacional. Ni siquiera Milei lo tiene: ha asignado a su hermana Karina la misión de capilarizar la estructura de La Libertad Avanza al interior.

Corpacci vendría a ser la Karina de CFK en Catamarca.

Hay un proceso de transformación disparado por el colapso del orden metropolitano que rigió la política del país desde la crisis de 2001, con el ascenso de Eduardo Duhalde a la Presidencia interina y la captura del Conurbano por parte de Néstor Kirchner.

En ese contexto, los caciques y caciquejos del peronismo de Catamarca coinciden en que lo más sensato es robustecer el esquema provincial e inmunizarlo de contaminaciones como la que pretende inducir Corpacci, para avanzar en alianzas de corte regional que mejoren las posibilidades de gravitar sobre la Casa Rosada.

El desdoblamiento de las elecciones provinciales para marzo podría ser una alternativa, pero aún no se ha decidido. Se extiende la idea de conformar una fuerza política identificada con los intereses provinciales, disociada de las estrategias bonaerenses. Después habrá tiempo para analizar qué orientación es más adecuada a nivel nacional.

Quienes sostienen este criterio destacan un hecho incontrastable: el peronismo de Catamarca, a diferencia de la mayoría de los del país, convocó el año pasado a elecciones simultáneas con las nacionales, asumió la mochila de la fórmula nacional y ganó con cifras contundentes ¿Por qué habría de apostar ese capital a las metas del kirchnerismo?

Es una cuestión de tiempos y prioridades. El corpaccismo malversa el sello del PJ para operar ya a cara descubierta como quinta columna de los apuros del ultracristinismo y sus acólitos.

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