domingo 17 de marzo de 2024
EDITORIAL

Peligroso malestar con la democracia

Por Redacción El Ancasti

Las crisis sociales como las que atraviesa nuestro país en la actualidad son lamentablemente propicias para que la ciudadanía se manifieste públicamente disconforme con el funcionamiento de la democracia. Así lo refleja, en esta oportunidad, la encuesta anual de la Universidad Católica Argentina (UCA) sobre cultura democrática y confianza institucional de la Argentina 2018.

Una primera advertencia parece imprescindible. Las críticas no permiten avizorar un cuestionamiento a la democracia en sí como forma de gobierno o sistema de funcionamiento de las instituciones y la sociedad, pero la escalada de críticas revela graves déficit que merecen ser corregidos urgentemente. 

A diferencia de lo que ocurría hasta la década del setenta, el riesgo no es la posibilidad del surgimiento de regímenes por afuera del sistema -con acceso al poder vía golpes de Estado-, pero siempre está latente la chance de que crezcan opciones autoritarias dentro del sistema, al estilo de la que conquistó el poder en Brasil el año pasado a través del voto popular.

La encuesta de la UCA determinó que los índices de desconfianza de los argentinos en la democracia llegaron a los niveles más bajos desde el 2010. Los datos recogidos en el trabajo revelan una pérdida de confianza en el gobierno nacional, la Justicia y el Congreso en el último año.

No es casual: durante2018 se agudizaron notablemente los problemas económicos: la devaluación recalentó la inflación, provocó una enorme transferencia de ingresos que tuvo a los trabajadores asalariados como los grandes perdedores, y empujó a la economía a la recesión, provocando el cierre de miles de empresas y un crecimiento sostenido del desempleo.

El informe de la UCA muestra cómo el incremento de la disconformidad con el funcionamiento de la democracia coincide con los años de mayores dificultades en el terreno de la economía: 2010, luego de que se produjera la crisis internacional de 2008-2009; 2014, luego de la devaluación ocurrida durante el gobierno kirchnerista, y 2018, con el escenario planteado más arriba.

Para Agustín Salvia, director del Observatorio de la Deuda Social de la UCA, “este comportamiento tendría que ver con un malestar ciudadano hacia la democracia en cuanto a que ésta no ofrece resultados concretos en la economía, el cambio de vida de la gente o en el funcionamiento de los gobiernos, el Congreso o la Justicia en general”.

De modo que el desafío para quienes gobiernan, a los efectos de promover una mayor cercanía de los ciudadanos con el sistema democrático, no pasa por transparentar el funcionamiento de las instituciones y mejorar los niveles de diálogo entre los distintos sectores de la vida nacional como un valor en sí mismo, sino como mecanismos imprescindibles para que esas estrategias republicanas se traduzcan en mejoras concretas en la calidad de vida de las personas, en particular los que se encuentran en situaciones de mayor vulnerabilidad social.n

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