Las declaraciones formuladas por el
presidente Mauricio Macri al diario
La Nación deben haber causado bastante preocupación
en el sector industrial argentino. Refiriéndose a las negociaciones que su gobierno
pretende llevar adelante en materia de libre comercio con
la Unión Europea, el
primer mandatario señaló: "El planteo claramente es: ellos tienen serias
ventajas en todo lo que es el aparato industrial, fabricación de bienes y
servicios. Nosotros tenemos ventajas en el sector agrícola. Entonces todo tiene
que estar sobre la mesa para buscar balances y equilibrios".
Remarcó que una Argentina agroexportadora e importadora de bienes industriales
tiene que ver con "lo que naturalmente cada región tiene como fortaleza" y que "es lo que se ve como ventaja comparativa de una región
y la otra".
Se trata de un discurso que retrotrae al
país casi un siglo, a épocas en las que la división internacional del trabajo
reservaba a los países subdesarrollados, como el nuestro, el rol de productores
agropecuarios que venden su productos primarios al mundo para importar bienes
industriales.
La historia argentina y de los países del
Tercer Mundo presenta abundantes ejemplos de la inequidad de los términos de
intercambios, en los que siempre ganan los países industrializados y pierden
los agroexportadores.
Uno de los grandes desafíos de
la Argentina es profundizar
el proceso de desarrollo industrial que tuvo un fuerte impulso promediando el
siglo pasado, pero que luego fue discontinuado por políticas de apertura
indiscriminada de la economía y tratados de libre comercio con países
desarrollados, cuyo objetivo en este tipo de acuerdos es colocar los productos
industriales en los países emergentes.
La formalización de tratados de comercio
desventajosos puede ser fatal para el sector industrial argentino, que viene
atravesando difíciles momentos como consecuencia del aumento del ingreso de
productos de importación y la recesión que afecta a la economía argentina.
Esta crisis del sector industrial es
particularmente visible en Catamarca. Dos industrias textiles locales, Calzados
Catamarca y Alpargata Textil, vienen realizando medidas de ajuste consistentes
en suspensiones, y como la situación no tiende a mejorar, habrá ahora adelanto
de vacaciones y nuevas suspensiones en la producción por tres semanas más desde
mañana lunes.
La actividad en nuestra provincia ya viene
con problemas desde la caída del régimen de promoción industrial. Según la
información proporcionada por
la Asociación Obrera Textil, desde 2014 a la fecha solo
en la empresa Calzados Catamarca se perdieron casi 500 puestos de trabajo. Y
ahora nuevas amenazas se ciernen sobre la industria local. Sobre llovido,
mojado.
El natural perfil agroexportador de
la Argentina no implica
resignar sus aspiraciones de desarrollo industrial. No se conoce potencia en el
mundo que no tenga un sector industrial desarrollado, no solo para abastecer al
mercado interno, sino también para venderle sus productos al mundo.