miércoles 26 de noviembre de 2025
Editorial

La deuda que persiste con las infancias

El 19 de noviembre se conmemoró el Día Mundial para la Prevención del Abuso Sexual en las Infancias, una fecha que vuelve a exponer una problemática que en Catamarca enciende las alarmas.

Entre 2017 y 2019, según las estadísticas de la Corte de Justicia, las imputaciones por abuso sexual aumentan alrededor de un 20 % por año, pasando de 224 imputaciones en 2017 a 309 en 2019. La mayor concentración se registró en la primera circunscripción judicial que abarca los departamentos Capital, Valle Viejo, Fray Mamerto Esquiú, Paclín, Ambato, Capayán, Santa Rosa, Ancasti y El Alto. Es una tendencia que se sostiene y que no se logra revertir.

Los organismos provinciales de protección también muestran cifras preocupantes. El Ancasti informó que en 2020 se registraron 170 víctimas de abuso sexual infantil, con predominio de niñas y adolescentes mujeres y agresores mayoritariamente varones. De estas 170 personas, 120 eran niñas, 48 varones y en dos casos no se informó el sexo. En un 95% de los casos los abusadores son hombres.

La prevención del abuso sexual infantil requiere estadísticas completas, equipos estables, articulación entre salud, educación y justicia, y presencia territorial. La prevención del abuso sexual infantil requiere estadísticas completas, equipos estables, articulación entre salud, educación y justicia, y presencia territorial.

Un relevamiento citado por este diario en el 2019 señaló que el Hospital de Niños Eva Perón realizó al menos tres intervenciones por semana vinculadas a protocolos por abuso sexual infantil. La constancia de estas intervenciones revela que la problemática no solo se judicializa: requiere atención médica sostenida y equipos especializados que, con frecuencia, operan con recursos insuficientes.

A escala internacional, UNICEF advirtió que más de 370 millones de niñas y mujeres en el mundo padecieron algún tipo de violencia sexual durante la infancia, y que una proporción equivalente a una de cada cinco experimentó situaciones de abuso sin contacto físico. Son cifras que permiten dimensionar un fenómeno global, estructural, y que ubican a la violencia sexual contra las infancias como una de las formas más extendidas de vulneración de derechos.

En Argentina, el Observatorio de Violencia señala que casi el 80% de las denuncias realizadas por niñas, niños y adolescentes se efectúan después de haber recibido contenidos de Educación Sexual Integral. Catamarca adhirió a la Ley 26150 recién en 2018, y su aplicación aún enfrenta resistencias y desigualdades, lo que debilita una herramienta clave para la detección temprana de abusos.

La Ley 27455, que convirtió los delitos sexuales en acciones de instancia pública, buscó superar las barreras que imponía el entorno familiar -donde se concentra cerca del 90% de los abusos, según datos nacionales-, pero su eficacia depende de la capacidad operativa de los equipos judiciales y de contención.

En paralelo, el Registro Nacional de Datos Genéticos reúne un número significativo de condenados por delitos sexuales vinculados a la provincia, lo que confirma que la problemática no se circunscribe a estadísticas policiales o asistenciales: se traduce en sentencias concretas.

La conmemoración de este día vuelve a subrayar que la prevención del abuso sexual infantil exige algo más que campañas simbólicas. Requiere estadísticas completas, equipos estables, articulación entre salud, educación y justicia, y una presencia territorial que permita intervenir a tiempo. Mientras la respuesta institucional siga fragmentada y reactiva, la provincia continuará enfrentando un problema que avanza detrás de datos incompletos y de intervenciones tardías. La deuda es concreta y su resolución es urgente.

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