miércoles 6 de agosto de 2025
Cara y Cruz

Formatos colapsados

Faltan poco más de 48 horas para que se presenten ante la Justicia Electoral las alianzas que competirán en las elecciones del 26 de octubre. Es una formalidad de cumplimiento indispensable, que arrojará algunos indicios sobre el rumbo de la reconfiguración de la escena política signada por el fenómeno Milei demasiado provisorios como para arriesgar proyecciones.

La crisis de los partidos políticos como organizadores del litigio político es demasiado profunda e hizo metástasis ya hacia el PJ, que consiguió surfear el prolongado proceso de declinación debido al manejo de los recursos económicos e institucionales de la Casa Rosada. Cristina Kirchner lo presidió en el colapso final.

El oficialismo catamarqueño, de todos modos, concurrirá a las elecciones bajo el sello “Fuerza Patria”, impuesto por el PJ nacional capturado por el peronismo bonaerense. No está en condiciones de emanciparse sin tomar el riesgo de que sectores fuertemente identificados con el kirchnerismo se escindan. Sería peligrosísimo frente a un desafío que debe superar sin llevar en los votos la tracción de Raúl Jalil, Gustavo Saadi o Lucía Corpacci. Los condicionamientos locales permiten disimular en Catamarca y en otras provincias la declinación del sello partidario.

El formato partidario colapsó. Los partidos sirven para cumplir formalidades electorales, pero no para construir poder. El formato partidario colapsó. Los partidos sirven para cumplir formalidades electorales, pero no para construir poder.

El colapso se manifestó en cambio con toda claridad en el radicalismo. La jefatura partidaria ejercida por Luis Fadel, respaldada por el reelecto rector de la UNCA Oscar Arellano, consiguió dejar fuera de la interna al sector del senador nacional Flavio Fama y eludir una contienda en las urnas de realización imposible. Los candidatos radicales están definidos, con Fadel a la cabeza de la lista de diputados, el concejal Fernando Navarro como primer candidato a diputado nacional y la concejala Gilda Godoy encabezando la nómina capitalina.

La exclusión del “famismo” se produce tras la deserción de los “peluca” Tiago Puente y Francisco Monti, decididamente volcados al proyecto de La Libertad Avanza. El cuadro completo expone la fragmentación del partido que llegó a gobernar durante 20 años la Provincia y articular a lo largo de otros 14 la principal fuerza de oposición.

Se asiste al ocaso de un ciclo de 34 años. Los radicales nunca pudieron cubrir la vacante que dejó el exgobernador y exsenador nacional Oscar Castillo. Monti y Puente operarán como agentes aceleradores del vaciamiento a favor del esquema libertario.

¿Con quién se aliarán los radicales? Algunos tienen expectativas de acordar el usufructo del sello “Provincias Unidas”, lanzado por los gobernadores de Córdoba, Santa Fe, Chubut, Santa Cruz y Jujuy, pero hay otros aspirantes a colgarse de ese espacio. El GEO de la exdiputada provincial Marisa Nóblega, por caso, jugó con Juan Schiaretti en las presidenciales.

Otros sellos trajinan en busca de destino. El Frente Amplio Catamarqueño del diputado Hugo “Grillo” Ávila, la Coalición Cívica del exdiputado nacional Rubén Manzi, el MID del libertario disidente Fernando Baigorrí, el Partido Libertario del excandidato a gobernador José Jalil Colomé. Pero no pechan los sellos, sino las figuras.

La Libertad Avanza, ya constituido en partido nacional, es ejemplo también, paradójicamente, del eclipse de la partidocracia. Se armó desde la Presidencia, en alas del poder y las expectativas que genera Milei. Es la única sigla que tracciona, pero es por Milei: carece de las estructuras que les dan todavía alguna funcionalidad a los partidos tradicionales.

Parecido al nacimiento del PJ, creado por Juan Domingo Perón después de ganar las elecciones con el Partido Laborista. Salvando distancias y circunstancias históricas, por supuesto: el Laborismo y el PJ fueron instrumentos para el ingreso de la clase obrera a las instituciones de la república después del golpe de Estado del ‘43. La Libertad Avanza, por ahora, representa la irrupción de la rabia contra la casta política en plena vigencia de la democracia.

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