viernes 20 de septiembre de 2024
Biblioteca del Seminario

Un legado de historia y fe

En el corazón de nuestra ciudad, donde se entrelazan la historia y la devoción, se encuentra la Biblioteca del Seminario, Monseñor Bernabé Piedrabuena. Un espacio, que no sólo resguarda libros, sino también la memoria de generaciones.

Conversamos con el arquitecto Luis “Lucho” Monferrán, quien nos compartió con pasión cómo fue darle vida a este espacio.

El sueño de un espacio común

Durante la intendencia de Raúl Jalil se decidió crear distintos museos que pudieran ser visitados a pie por turistas y vecinos. Así surgió la puesta en valor del Museo Caravati y la construcción del Museo de la Virgen. Precisamente en este último, ubicado en el antiguo Obispado, estaba ubicada originalmente la biblioteca Piedrabuena.

Así, junto a un equipo de trabajo y el impulso del Padre Oscar Tapia se pensó que el mejor lugar para mantener vivo este legado era trasladarla al seminario, donde también tenían otra biblioteca que se podría adicionar y ubicar ambas en el antiguo comedor de los pupilos: "La biblioteca que estaba en el Obispado Viejo era un espacio cargado de recuerdos, y nos parecía oportuno que ese legado se mantuviera vivo en el Seminario", nos comenta."Juntar estas dos bibliotecas fue como unir dos almas", dice Lucho, con una sonrisa que refleja la satisfacción de haber cumplido un sueño que no era sólo suyo, sino de toda la comunidad.

Una obra que conjuga tradición y modernidad

La obra no fue sólo un desafío arquitectónico, sino también un esfuerzo por mantener la esencia del edificio original. "Este espacio solía ser el comedor de los pupilos", nos cuenta Lucho. Para convertirlo en la biblioteca actual, se respetaron las estructuras originales, como las vigas de pinotea, material que era utilizado en la construcción de los techos de los claustros. Cada detalle fue pensado para que los libros se sintieran en casa, como organismos vivos que necesitaban un espacio que los acogiera y que pudieran mirarse entre ellos.

Además, nos comparte el arquitecto: "Siempre pensé que los libros debían estar en contacto con su lugar de reparación. Por eso, creamos un balcón en el entrepiso, para que los libros, al ser restaurados, pudieran ‘asomarse’ a su espacio original". Es una metáfora hermosa, que habla de la relación íntima entre el lugar y su contenido.

El día de la inauguración de este nuevo espacio el Padre Tapia expresó: “En este día especial, vaya una palabra de reconocimiento y gratitud para nuestro Obispo, Mons. Luis Urbanc, quien personalmente eligió el salón más espacioso de nuestra casa para destinarlo a la biblioteca. Este espacio que por años fue el comedor del Seminario se convierte hoy en un lugar para alimentar el saber y la cultura de todos los catamarqueños.

Un patrimonio que trasciende el tiempo

La Biblioteca del Seminario no sólo es un lugar para consultar libros, sino un símbolo de la historia viva de Catamarca. El edificio, contemporáneo a la Casa de Gobierno, fue diseñado por el arquitecto Luis Caravati en la década de 1860-1870. La elección de este lugar no fue casual; cada rincón del Seminario guarda un fragmento de nuestra historia, y la biblioteca se convierte en un puente entre el pasado y el presente.

Un espacio para el futuro

La obra de la Biblioteca del Seminario no sólo preserva el pasado, sino que también mira hacia el futuro. Aunque la digitalización y otras mejoras quedaron pendientes, Lucho no pierde la esperanza de que algún día se concreten. "Este lugar tiene mucho más para ofrecer, y estoy seguro de que seguirá siendo un faro de conocimiento para las generaciones venideras", concluye.

La Biblioteca del Seminario es más que una simple colección de libros; es un testimonio de fe, esfuerzo y compromiso con la cultura y la educación en Catamarca. Un espacio donde la historia y la modernidad conviven, dando vida a un legado que seguirá iluminando el camino de muchos.

Texto: Colaboración de Carlos Cisneros

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