Se reunieron así “algunas de las tantas manifestaciones culturales que nos distinguen, la tradición textil donde el poncho es protagonista, la música y los paisajes emblemáticos”, dijo Ginocchio. “Como dice el himno catamarqueño, es tierra de figuras destacadas, de paisajes inspiradores, de poetas y artesanos, en cuyas manos florece ‘ese poncho de ilusiones trabajado/ que a toda nuestra patria ha cobijado”, resaltó. En su discurso reivindicó la autonomía, el federalismo y el crecimiento armónico del país.
Ginocchio agradeció especialmente a los ministerios provinciales de Trabajo y de Cultura, Deportes y Turismo por el aporte de los ponchos, propiedad del Gobierno provincial, que fueron uno de los grandes atractivos del evento.
Los asistentes recorrieron las fotografías de paisajes catamarqueños. La cuesta del Portezuelo, otro ícono de nuestra provincia, y la Hostería formaron parte de la muestra, que se completó con imágenes de diversas bellezas naturales.
Otros preferían deleitarse con las distintas versiones de la zamba del Portezuelo, proyectadas en pantallas de video.
Aunque sin dudas la mayor atracción fueron los ponchos, ganadores de los últimos 12 años del Festival, que son propiedad del Gobierno provincial precisamente porque el premio es la adquisición de la prenda. Tres de ellos fueron exhibidos en las vidrieras que dan a la vereda, el resto prolijamente montados en maniquíes en interior. Un verdadero estallido de colores y diseños.
Entre los presentes en el acto hubo diputados nacionales, Anina Moscone -secretaria de la Casa de Catamarca en Buenos Aires-, representantes de varias casas de provincias en Buenos Aires, miembros de la comunidad catamarqueña, y funcionarios de la dirección de Cultura. Estuvo Julián Gutiérrez, el catamarqueño representante olímpico en París 2024. Durante el día se sucedieron visitas guiadas a la Confitería, de modo que centenares de personas pudieron disfrutar de la muestra.
También dijo presente Takashi Aoki De Jica, líder del Proyecto OVOP en Argentina. Este proyecto (One Village, One Product) nació en Japón en 1979. Su filosofía invita a las comunidades a trabajar colectivamente para potenciar un producto o servicio propio del territorio, considerando sus “tesoros locales”. El objetivo es generar desarrollo local a través de la participación, la inclusión social y la identificación cultural y territorial. En el caso de Catamarca, trabaja en la “Ruta del Telar”.
La artesana textil Liliana Saracho, en su alocución, explicó cómo es el camino para que obtener un poncho, desde la esquila de la vicuña, el hilado y la confección en el telar. También hablaron Tanya Schonals, secretaria de Planificación de Ministerio de Trabajo, el director de Artesanías, Gonzalo Cancino, y Ariel Pacheco, el artista visual curador de las fotografías de varios fotógrafos catamarqueños. La artista Leticia Aranda cantó vidalas, otro símbolo del sonido de Catamarca.
La jornada de inauguración terminó con un café servido por los mozos en las mesas, rememorando lo que se vivió muchos años en la confitería El Molino, acompañado por un detalle: nueces confitadas, otro símbolo de Catamarca.
Texto: Alfredo Gutierrez - Especial para Revista Express
Fotos: Ariel Pacheco
El Molino
La histórica Confitería del Molino, inaugurada en 1916 frente al palacio del Congreso, fue un emblema de Buenos Aires. El edificio fue diseñado por el arquitecto ítalo-argentino Francisco Gianotti y es considerado una joya del art noveau.
El edificio, en la esquina de Callao y Rivadavia, se halla entre los más notables de su época por la calidad de los materiales empleados en su construcción, muchos de ellos importados: revestimientos de mármol en las columnas, pilastras y paneles del interior de los locales, luminarias de bronce y algunas obras de arte traídas especialmente de Italia.
Fue Cayetano Brenna, un pastelero, quien inauguró la confitería en 1917 y rápidamente se convirtió en un lugar central para la cultura y la política de Argentina. Brenna inventó y elaboró delicias gastronómicas que aún hoy se consumen: por ejemplo, en el año de la revolución bolchevique, inventó el “imperial ruso”, un postre que pasó a ser conocido en el mundo como “el postre argentino”.
Lisandro de la Torre tomaba café allí todos los días. También Alfredo Palacios disfrutaba a diario de su coñac y del ritual del café. Además, tenía la costumbre de dejar su sobretodo en el salón, para no estar tan abrigado en el Congreso, y lo pasaba a buscar a la salida.
Sus salones recibieron la visita de ilustres personalidades de la política y de la cultura, extranjeras y argentinas, entre ellas, los presidentes Agustín Pedro Justo, José Félix Uriburu, Marcelo Torcuato de Alvear, el príncipe Humberto II de Italia, el Príncipe de Gales, los tenores Tito Schipa y Beniamino Gigli, las sopranos Lily Pons y María Barrientos, poetas y escritores como Leopoldo Lugones, Amado Nervo, José Ingenieros, Oliverio Girondo, Roberto Arlt y Ramón Gómez de la Serna.
Otros comensales célebres fueron Eva Perón, Niní Marshall, Libertad Lamarque, Madonna, y Carlos Gardel, que le encargó especialmente a Brenna un postre para regalarle a su amigo Irineo Leguisamo, con lo que creó el “Leguisamo”, una sabrosa combinación de bizcochuelo, hojaldre, merengue, marrón glacé y crema imperial con almendras.
En 1930, durante el golpe de Estado que derrocó al presidente Hipólito Irigoyen, la Confitería fue incendiada y reconstruida un año después. Desde entonces, pasó por distintas manos hasta que se produjo su primera quiebra, en 1978. Los nietos del fundador la recuperaron, pero finalmente en 1997 cerró sus puertas.
Poco antes del último cierre, la cantante Madonna, que estaba en el país filmando la película “Evita”, eligió la Confitería del Molino para grabar un videoclip.
En 2014, el Congreso Nacional sancionó la ley 27.009 y se procedió a la expropiación de la Confitería del Molino. Esa ley creó también la Comisión Administradora del Edificio del Molino en el ámbito del Congreso, que la diputada Silvana Ginocchio integra en su calidad de presidenta de la Comisión de Cultura de la Cámara de Diputados.
Desde 2018, el Congreso, así como el Gobierno nacional y la Ciudad de Buenos Aires, iniciaron la restauración del inmueble que ahora está abierto a las visitas del público.
Agradecimientos
La diputada Silvana Ginocchio agradeció especialmente a personalidades sin cuya colaboración no se podría haber efectuado la muestra: Diana Roldán, ministra de Cultura Turismo y Deporte, a las secretarias Laura Maubecín y Evangelina Quarín y a la ministra de Trabajo Verónica Soria.
Y a los funcionarios de Buenos Aires Andrea Barbieri, directora de Cultura de la Cámara de Diputados; Ricardo Angelucci, secretario Administrativo de la Comisión Bicameral del Edificio del Molino; y Augusto Macchioli, subdirector de la Dirección General de Administración del Senado de la Nación.
Declaración
La muestra fue declarada de interés parlamentario por la Cámara de Diputados de Catamarca, por iniciativa de la diputada provincial Natalia Ponferrada