domingo 17 de marzo de 2024
Andalgalá - Catamarca

El Pilciao

*Ensayo de Joaquín Quiroga. Aquí una primera parte de esta investigación sobre el histórico paraje minero.

El Pilciao, un pueblo al sur de la ciudad de Andalgalá, a 20 Km., fundada por Samuel Lafone Quevedo, donde estableció una planta industrial para el procesamiento de los minerales extraídos de la mina “La Restauradora” ubicada en las sierras de Atajo, Andalgalá.

Samuel Lafone Quevedo, nacido en Uruguay el 28 de febrero de 1835 y educado en Cambridge, Inglaterra, egresó con el título de Master en Artes. En el año 1859 viajó a Catamarca con su padre y acompañado del sabio francés Benjamín Poucel. Llegan al fuerte de Andalgalá a fines de octubre, posteriormente viajó Dn. Samuel a Santa María, trabajando en el Ingenio Victoria que procesaba minerales cupríferos procedentes de “Las Capillitas”. Por ese entonces, era un joven de 25 años, estaba destinado a ser el minero más importante de la historia de Catamarca, aprendiendo allí los pormenores del oficio minero.

La zona donde se ubicaba el Ingenio Victoria había dejado de ser apropiada a fines de 1860, por estar casi agotado el campo de la madera que consumían los hornos, casi extinguida por el uso intenso que se había hecho de ella. Samuel Lafone Quevedo vendió este Ingenio y compró un campo para instalar una nueva planta de recuperación de cobre, en Pilciao, estaba rodeado de grandes algarrobales que servían de combustible. Allí se montó a lo largo de algún tiempo la más relevante instalación de fundición de cobre que había en Catamarca. Tenía problemas técnicos de metalurgia y química del cobre, por mejorar el procesamiento para conseguir mejor recuperación del cobre y de oro(tres onzas por tonelada),en 1861decide escribir a su tío Alejandro, en Inglaterra, para que publique un pedido de Industrial minero para dirigir El Pilciao, en un diario científico de la época.

Dio la casualidad que se encontraba paseando en Londres el químico alemán Federico Schickendantz, de reconocida capacidad y vinculado a los mejores exponentes de la materia en el mundo, lee el aviso y se interesa por el contrato. En 1862 llega a Montevideo, pero como las finanzas no andaban bien, Samuel Fisher Lafone, padre de Samuel, lo esperaba en Montevideo a Schickendantz para explicarle la situación y que rescindía el contrato, pero le manifiesta que por haberlo hecho viajar le llevaba lo equivalente a un año de honorarios, Federico le dijo: Yo también soy un caballero y no me gusta cobrar sin trabajar, así que vamos al Pilciao un año (testimonial escrito en los anales de la Sociedad Científica Argentina).

Viaja a Catamarca, cruza el territorio argentino en guerra civil, con zonas muy peligrosas, coincide en el viaje con el Vicario Segura, que regresaba de Paraná. Llega a Pilciao y conoce a Samuel Lafone Quevedo, entablan una gran amistad, ya que coincidían en varias cosas, especialmente en que ambos eran músicos, eximios pianistas. Desde su dirección en el proceso, la producción mejoró notablemente en Pilciao. La técnica empleada se hacía en base a los más modernos métodos del mundo(método Bottoni) para la obtención de oro de minerales cupríferos.

Allí investigó y ensayó una serie de procedimientos, hasta que descubrió un nuevo método para obtener elcobre y el oro, más económico que los utilizados en Europa, es decir que la nueva técnica nacida en El Pilciao, se universalizó y lleva el nombre de “Schickendantz”. Al obtener quince onzas por tonelada en cambio de las tres que se obtenía, las finanzas mejoraron muchísimo. Aumentó notablemente la producción y contribuyó a que Catamarca escalara al primer lugar entre las provincias argentinas mineras.

El Pilciao floreció, llegó a tener viviendas para 500 obreros y sus familias, una Iglesia con algo de estilo gótico, una escuela, farmacia, almacén, tienda y una gran casa administración de muchas habitaciones y varios patios donde residía Don Samuel y sus dos hermanas casadas, una con un Sr. Tomkinson y la otra con un Sr. Blamey, y donde se recibían a múltiples viajeros, algunos de ellos hombres de ciencia: Ambrosetti, Adán Quiroga, Brackebuch, Perito Moreno, G. Lange, Eric Borman; y con tan ilustres visitantes se hacían excursiones arqueológicas y en las tertulias se ejecutaba piano a 4 manos, temas de Mozart; Beethoven y Schubert principalmente.

Las comidas con vinos de bodegas propias; y su población en fines de semanas y con fiestas, alcanzó a 3.000 personas; en una de esas fiestas con motivo de inaugurar la instalación de los hornos de fundición del cobre en Pilciao, Federico Schickendantz conoció a María Díaz, del mayorazgo de Huasán, descendiente de Díaz de la Peña y contrajeron matrimonio, con ella crean una familia.

La planta contaba con nueve hornos de fundición construidos con ladrillos refractarios traídos desde Inglaterra, fabricados especialmente grabados en relieve “Pilciao”. Para el traslado de los minerales desde la mina al ingenio, un recorrido montañoso de 55 Km., y desde allí los minerales refinados hasta la primera estación ferroviaria en Córdoba, con destino a Inglaterra, utilizaba una tropilla de 5.000 mulas; para ello se fabricaban las alforjas de cuero, contaba con varios artesanos contratados, vacunos para alimentación del pueblo y sus cueros para las alforjas. El bienestar económico fue notable, su administrador era el señor Juan Heller, y Lafone Quevedo creó un imperio de gran trascendencia cultural; él mismo escribió en su diario, que el gobierno del Pilciao era de corte feudal, un condado a la inglesa y llegó a contar con su propia moneda. Los ingresos financieros que produjo esta explotación, en grandes proporciones fueron para actividades culturales.

Paralelamente al procesamiento metalúrgico, desarrolló una intensa actividad educativa-cultural, allí aprendían las primeras letras los hijos de los mineros y enseñaba música con todos los instrumentos, formó una orquesta infantil y un coro, que él mismo dirigía. Creó una orquesta sinfónica juvenil, con todos los instrumentos traídos de Europa. Desde Andalgalá, Chaquiago y varios pueblos cercanos, los fines de semana emigraban a Pilciao a presenciar la ceremonia religiosa, con oratoria de Don Samuel, y escuchar los conciertos. También representaban obras de teatro, libretos que enviaba el tío Alejandro desde Europa, y que Don Samuel las dirigía y hacía el reparto de papeles a los actores y que representaban con mucho éxito, que se estrenaban en Andalgalá antes que en Córdoba, Mendoza, Rosario y otras ciudades importantes. Se transformó Pilciao en el centro cultural más destacado de todo el país. En la escuela de Pilciao, no solamente se educaba a los hijos de mineros, fue una especie de orfanato para pobres y huérfanos de toda la zona, de allí salieron hombres que ocuparon cargos importantes, Contadores, Diputados Administradores, Intendentes, y hasta un Vicegobernador de Catamarca. En su vejez Pedrito Cabrera (ejecutaba piano en el Círculo de Obrero) narraba muchas anécdotas en Pilciao...”que siendo niño ingresó en la orquesta y a quien aprendía a ejecutar bien un instrumento, Dn. Samuel lo nombraba capataz en el establecimiento”, él fue uno de ellos.

Con Lafone Quevedo presentan trabajos en varias exposiciones nacionales e internacionales:1867 en la Exposición Universal de París, con el trabajo “Cobre de las Capillitas”; Exposición internacional de Viena en 1872, donde Lafone Quevedo hizo lucir a Catamarca en el mundo, obteniendo el 1º premio con la colección de minerales; en 1873 la Exposición de Filadelfia, que fue una de las más grandes del mundo en toda su historia, allí Schikendantz obtiene el 1º premio con su colección de la flora catamarqueña, hace la división de las plantas: medicinales, curtientes, etc.

En 1874 en la Exposición Universal de Santiago de Chile. En 1870 Federico Schikendantz se va del ingenio y dedica su tiempo a la educación con cátedras en diferentes centros educativos, y en 1872 regresa a Pilciao allí dirige e investiga durante nueve años, para irse definitivamente en 1881 y hacerse cargo del rectorado en el Colegio Nacional de Catamarca. Incursionó en la industria azucarera, con su compañero Juan Heller en el Ingenio Trinidad, de allí hace conocer sus estudios sobre la purificación de azúcar y la utilización de la melaza, publicado en revistas de Alemania, numerosos trabajos de investigación pública en periódicos de la época, algunos en colaboración con Miguel Lillo, otros con Germán Burmeister; los eximios científicos lo llamaban “el sabio alemán” a Schikendantz. A los 55 años de edad, en 1882,acepta el cargo de profesor del Colegio Nacional de Buenos Aires por un año, ingresa al Museo de La Plata. Por sugerencia del Perito Moreno y el Dr. Arata, sus amigos, acepta la dirección de la Oficina Química de la ciudad de Mendoza, pero fallece antes de hacerse cargo, el 4 de abril de 1896. El mundo de las ciencias perdía un sabio.

Bibliografía: Lafone Quevedo; Adán Quiroga; Ramón R. Olmos: G. Pérez fuentes; Gaspar H. Guzmán; Rodolfo Raffino; M. Gershani Oviedo; Raúl Argerich; P. Álvarez de Figueroa.

Continuará el próximo número de Revista Express

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