En un resultado inesperado y alejado de todas las previsiones, la peronista Rosana Bertone (Unidad Fueguina) sufrió una aplastante derrota en la primera vuelta y perdió la gobernación de Tierra del Fuego a manos del intendente de Río Grande, el radical K, Gustavo Melella, del partido Forja.
El ex cura salesiano y dos veces intendente de la mayor ciudad fueguina se impuso esta madrugada con el 51% de los votos y marcó una abrupta ventaja frente a la mandataria provincial de más de 12 puntos.
Ambos candidatos proclamaron su apoyo a la fórmula presidencial del kirchnerismo, aunque sólo Bertone había sido respaldada de manera oficial por Alberto Fernández. Un apoyo que no había logrado obtener explícitamente por parte de la ex presidenta debido a las públicas críticas que la gobernadora nunca ahorró sobre la "la cuestión moral" y corrupción durante las gestiones de Néstor y Cristina Kirchner.
El sorpresivo resultado irrumpió a contramano de la fortaleza electoral que vienen exhibiendo los oficialismos en todas las provincias y en el caso del distrito más austral del país supone la primera vez que un gobernador fueguino que busca su reelección pierde en primera vuelta.
Fuertemente enfrentada con su rival, Bertone mantuvo acusaciones cruzadas a lo largo de la campaña, coronadas por una impugnación judicial a última hora por las listas colectoras del partido Forja—escisión k del radicalismo, liderado por Gustavo López— sumadas a una denuncia por violación de la veda electoral cuando ya se había iniciado el escrutinio. Poco antes de las 2 de la madrugada la mandataria salió a reconocer su derrota vía Twitter. Prefirió no exponer su imagen en público y omitió felicitar a Melella.
"Hoy el pueblo de Tierra del Fuego se expresó y reconozco la voluntad de los fueguinos. Estoy a disposición de @gustavomelella para iniciar la transición", escribió la gobernadora saliente.
Inmediatamente, en otro tuit, Bertone, en cuyo entorno daban por descontada su reelección en ballotage, previsto para el domingo próximo, escribió: "A partir de ahora nos espera el desafío de trabajar unidos por la victoria del peronismo junto a @Alferdez y @CFKARgentina en las próximas elecciones de octubre".
Aludió de esa forma a su alineación con el kirchnerismo, tras pactar con La Cámpora su apoyo a la fórmula de los Fernández, sepultando su antiguo apoyo a Alternativa Federal y, en especial, a la postulación de Juan Manuel Urtubey.
Una hora antes, el intendente de Río Grande había salido al escenario de su búnker en el Club Sportivo para celebrar la victoria. Exultante, evitó proclamarse como el nuevo gobernador ante la ausencia de datos oficiales y frente a un escrutinio caótico y parsimonioso. Aunque entre las huestes de los candidatos los resultados extraoficiales ya perfilaban claramente al ganador.
"A algunos les va costar reconocer que ganamos. Pero la elección se jugó en Tierra del Fuego y no en Buenos Aires y así igualmente ganamos", dijo un eufórico Melella a su militancia. Se refería a la nacionalización que Bertone le imprimió a la campaña, convencida que la invocación de la fórmula de los Férnandez representaba un espaldarazo decisivo para su triunfo. Un apoyo que el intendente buscó denodadamente pero no obtuvo.
"Ahora vamos a trabajar con los fueguinos que perdieron el empleo. Con los [empleados] estatales y policías para que no sean más perseguidos y para que la Justicia se a justa", lanzó, en un guiño a lo que se presume fue su base de sustentación para torcer la elección y en una clara referencia a las causas por abuso sexual y cartelización de la obra pública que hace nueve meses investiga sin mucho ímpetu la Justicia.