"Mi intención no era matarlo... quise frenarlo y pegarle en el pecho"
El acusado reconoció los hechos que se le habían imputado y admitió su responsabilidad. Las partes acordaron una condena de ocho años y seis meses de prisión.
Condena. Pablo Ezequiel "Palili" Cárdenes Segura fue hallado culpable en los delitos de "lesiones graves", "hurto" y "homicidio simple con dolo eventual".
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Todo estaba previsto en la sala de debates de la Cámara de Sentencia en lo Criminal de Segunda Nominación para llevar a cabo una audiencia de admisión de evidencia para realizar un juicio por jurados. Pablo Exequiel “Palili” Cárdenes Segura llegó imputado por los delitos de “homicidio simple”, “lesiones graves” y “hurto simple”. La audiencia fue presidida por el juez director Miguel Lozano Gilyam. El Ministerio Público fiscal fue representado por los fiscales Laureano Palacios y Daniela Barrionuevo. La defensa fue ejercida por el abogado del foro local Juan Pablo Morales.
Al iniciarse la audiencia se advirtió que se iba a continuar con un procedimiento de juicio abreviado, habida cuenta de que entre las partes hubo un acuerdo y el acusado confesaba los hechos. “Me hago cargo de lo que se me imputa”, expresó Cárdenes Segura, desde el banquillo de los acusados.
En la instancia de alegatos, la fiscal de Cámara Barrionuevo valoró que el imputado haya reconocido y aceptado su participación. Tales fueron respaldados con las pruebas, indicó.
“Al caer la víctima fue el primero en darle asistencia. Luego, entregó de manera voluntaria la piedra –con la que agredió a su víctima-. Uno de los testigos dijo que era costumbre del imputado resolver las cosas con piedras”, remarcó, con relación al hecho más grave.
Con relación a las “lesiones graves”, advirtió que empleó un elemento contundente. Por el “hurto”, señaló que hubo intención de apoderarse ilegítimamente de un celular. Por último, con relación al “homicidio simple con dolo eventual”, destacó que no hubo “una intención directa de causar la muerte pero la muerte aparecía como probable”. A la vez, la fiscal destacó que el acusado debía responder por un delito contra las personas (el primero), un delito con la propiedad (el segundo) y un delito contra la vida (el tercero).
Por ello, mantuvo la acusación y pidió una pena de ocho años y seis meses de prisión. La representante del Ministerio Público Fiscal se manifiesta en el acusado “la falta de capacidad para resolver conflictos de otra manera y no con elementos contundentes. Ayudó a la víctima, no huyó y no obstaculizó la investigación”, destacó.
A su turno, el defensor particular –dada la confesión de su asistido- adhirió al planteo del Ministerio Público Fiscal. Para Morales, se acreditó que no tuvo intención directa de matar. “Era perseguido tras una discusión. No hubo intención directa de quitarle la vida”, señaló. A la vez, remarcó que su defendido no cuenta con antecedentes computables.
Oídos los alegatos, el acusado tuvo la oportunidad de expresar una última palabra. “Perdón. Mi intención no era matarlo. Quise frenarlo y pegarle en el pecho. Nunca pensé en quitarle la vida a nadie”, manifestó.
Tras un breve cuarto intermedio, el magistrado dio a conocer el veredicto. Halló culpable a Cárdenes Segura en los delitos por los que venía incriminado. En consecuencia, fue condenado a la pena de ocho años y seis meses de prisión. El acusado, quien se encuentra privado de la libertad desde diciembre de 2021, al escuchar la sentencia, regresó al Servicio Penitenciario Provincial para continuar purgando su condena.
Pedrada
El hecho más grave por el que Cárdenes Segura fue imputado sucedió el 28 de diciembre de 2021, en el barrio Antinaco, en la zona oeste capitalina. La víctima era Rubén Guirian (62).
Según se había indicado, Cárdenes Segura habría ido hasta la casa de Guirián para increparle supuestamente de que había piropeado a una familiar. El acusado –por entonces un joven de 26 años- habría tomado una piedra que arrojó e impactó en la frente del vecino, quien cayó violentamente sobre el piso. Por la gravedad de la agresión, debió ser atendido por el SAME. Posteriormente, fue llevado en ambulancia hasta el Hospital San Juan Bautista, en donde quedó internado varios días, hasta que se confirmó su deceso.
Los testimonios dieron cuenta de que la relación entre ambos vecinos era mala y que Cárdenes Segura ya lo habría amenazado con atacarlo por los supuestos insultos contra familiares. El acusado se presentó en la comisaría horas más tarde del ataque y quedó detenido. En la indagatoria, el imputado sostuvo que intentó defenderse de un ataque del hombre, quien lo habría amenazado con un arma blanca.