viernes 17 de marzo de 2023

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Lo bueno, lo malo y lo feo

Milei ya ganó

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Más allá del resultado final del proceso electoral que recién empieza, la incursión del libertario en la escena política argentina no deja de provocar desconcierto en las filas tanto del oficialismo como de la oposición. Sólo así puede entenderse que mientras algunas figuras nacionales y provinciales se hayan plegado a una burda pero sistemática campaña de demonización; otros, quizá más pragmáticos, coquetean con una posible incorporación de Milei a Juntos por el Cambio y lo que es aún más sorprendente, no faltan los peronistas desterrados que no dudan en volver del ostracismo colgados de la figura del excéntrico economista liberal. Poco importa que no hace mucho estos mismos personajes se dejaban ver por todos lados haciendo la V y cantando la marchita “combatiendo al capital”. Milei logró eso también, convertir peronistas de paladar negro en defensores del libre mercado y de las libertades individuales.

En el Frente de Todos tampoco hay muchas certezas en relación a cuál estrategia utilizar frente a un fenómeno político nuevo y totalmente disruptivo. Un análisis a prima facie indicaría que cuanto más crece la figura de Milei, más posibilidades tiene la coalición gobernante de ganar la elección, inclusive en el contexto actual de crisis económica devastadora, con una inflación descontrolada y variables sociales que asustan. De ahí que algunos referentes del FDT ya estén descorchando por lo que ellos avizoran como un escenario de oposición fragmentada. Sin embargo, el fenómeno Milei y para sorpresa de propios y extraños, estaría teniendo una “peligrosa” permeabilidad en sectores jóvenes medios y bajos, otrora patrimonio exclusivo del peronismo. Es más, algunos sondeos de opinión y analistas no descartan un escenario donde los libertarios terminen peleando cabeza a cabeza un segundo lugar con las huestes de la eterna CFK con una intención de voto que rondaría entre un inquietante 20 o 25 %.

Lo que sí es incuestionable y motivo de júbilo para quienes militamos en el terreno de las ideas, es la impronta liberal que ha impregnado a todo el discurso político en general, en algunos casos de manera muy forzada e incómoda. Escuchar a encumbrados dirigentes de JxC hablar de reducir el tamaño del Estado, de morigerar la carga tributaria y el gasto público, del gigantesco déficit de empresas estatales como Aerolíneas, era algo impensado solo hace un par de años atrás. Milei parece estar ganando la batalla de las ideas, pero seguramente su aporte más significativo a nuestra causa sea popularizar la agenda liberal con un discurso simple que no es otra cosa que las ideas del sentido común: no se puede gastar más de lo que se recauda, la deuda es hija del déficit y el déficit del gasto público; el Estado es ineficiente por definición porque se financia y administra fondos que no le son propios y porque quienes manejan el Estado, los políticos, están más interesados en perpetuar sus privilegios y ganar la próxima elección que en administrar de manera responsable el dinero de los contribuyentes.

El diputado Tiago Puente, en lo que puede interpretarse como una mera expresión de deseo personal, expresó recientemente la necesidad de sumar a los libertarios a JXC. En lo personal, y sin querer entrar en la interna radical, considero que la cosa no pasa por sumar a ciegas, sino en poner sobre la mesa de debate una agenda política que incluya los grandes temas que plantea el movimiento libertario tanto a nivel nacional como provincial y, sobre los cuales la principal coalición opositora no termina de fijar posición. ¿Está el radicalismo y sus socios dispuestos a dejar atrás las prácticas del clientelismo político y el rol de oposición cómoda? ¿Vamos a defender las instituciones, la independencia e imparcialidad del Poder Judicial o vamos a ser funcionales a Jalil contribuyendo a su proyecto de suma del poder público como fue ese montaje llamado “Comisión Evaluadora”? ¿Están dispuestos a debatir una profunda reforma fiscal y laboral y a la vez terminar con la maraña de regulaciones y tasas provinciales y municipales que sumados a la asfixiante carga impositiva nacional solo sirven para poner palos en la rueda a pymes, emprendedores y pequeños comerciantes? ¿Existe la determinación de achicar el gasto de la política y debatir temas escabrosos como el uso político del gasto social (gerenciamiento de la pobreza con el reparto de planes y bolsones de comida), el inmoral presupuesto en políticas de género y el adoctrinamiento de nuestros niños en ideología de género y marxismo cultural? ¿Está preparado el frente opositor para fijar posicionamientos político-ideológicos claros ante la alarmante inseguridad que se vive y el total menosprecio que sufren por parte del estado las fuerzas de seguridad? Demás está decir que esto deriva en una policía pobremente equipada, sin entrenamiento, con sueldos de miseria y siendo el chivo expiatorio de la progresía que impera en los discursos de algunos políticos oportunistas donde los delincuentes tienen más derechos que los ciudadanos de a pie y donde se ha perdido todo respeto por la ley y el orden. ¿Creemos y defendemos la soberanía e integridad del territorio nacional o vamos a mirar para otro lado frente al negocio inmobiliario, la violencia terrorista de los seudo-mapuches y sus demandas de tierras?

Creo que sería mucho más productivo para la oposición dejar de discutir al personaje Milei y sus formas para volcar todo ese tiempo y energía en debatir sus ideas, ya sea para mejorarlas, refutarlas o generar las propias. Del debate abierto de la cosa pública y no de las chicanas políticas podrá emerger una propuesta electoral que seduzca a un electorado harto de la decadencia argentina, de los discursos de campaña y de la política tradicional que solo parece interesada en la repartija de cargos y no en los problemas concretos de la gente.

Prof. Adrián Brizuela

DNI 22935403

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Primera instancia. Brandán y Doro fueron condenados por delitos perpetrados hace dos décadas.

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