viernes 29 de marzo de 2024
Editorial

La piedra más escurridiza

Algunos artesanos de Andalgalá cuentan que la rodocrosita representa el amor a la mujer. Según antiguos relatos, el origen de esta hermosa piedra fue un amor prohibido; el de un plebeyo que estaba enamorado de una Ñusta, una muchacha virgen consagrada al Dios Sol, y fue castigado por las deidades incas y convertido en una piedra del color de una rosa roja. Hoy, con el nombre “Rosa del Inca” se identifica a la rodocrosita de mayor pureza y calidad.

Lo que no tiene nada de prohibido, lamentablemente, es el tráfico ilegal de la piedra desde hace décadas en Catamarca. Cambiaron gobiernos, se ajustaron normas y controles, y por algún lado siguen operando los circuitos paralelos.

Una semana atrás, la Gendarmería Nacional de Aimogasta, La Rioja, detectó dos paquetes en un transporte público de pasajeros con 212 piedras de rodocrosita, que provenían y que carecían de la documentación requerida para este tipo de mineral. Según se precisó, la fuerza actuó por orden de la Justicia Federal ya que se había constatado una infracción a la Ley 24585 (Código de Minería Nacional)

La carga fue secuestrada y quedó en custodia en la Secretaría de Minería de esa provincia. No se informó quién era el remitente y quién el destinatario, lo que se supone será investigado en sede federal.

La rodocrosita está considerada como piedra semipreciosa nacional y es escasa en todo el mundo. El único lugar donde se extrae en Argentina es, precisamente, Minas Capillitas, Andalgalá. Su uso es exclusivamente con fin artesanal, para elaborar joyas y adornos.

Si bien en la Fiesta del Poncho los artesanos del oeste lucen sus trabajos en rodocrosita, es en las grandes joyerías y casas de diseño de Buenos Aires donde se aprecian las piezas más extraordinarias, por su tamaño, color y encastre con metales tales como alpaca y plata. No sería extraño, por lo tanto, que el destinatario privilegiado sea el puerto.

La empresa estatal CAMYEN es la responsable de la explotación y venta de rodocrosita a los artesanos. No solo debe controlar el proceso de extracción y la cantidad de mineral obtenido sino también el destino de la producción.

En noviembre pasado, la empresa anunció que cuenta con un nuevo sistema informático para controlar en “tiempo real la trazabilidad del material extraído en boca de minas”, consultar y administrar el stock, “lo que permitirá un mejor control de la piedra y los procesos productivos”.

Por lo visto, esos dos centenares de piedras sin papeles secuestrados la semana pasada en La Rioja se les escapó al sistema de la empresa, que por otra parte nada dijo sobre ese operativo ni sobre los anteriores.

El tema es tan grave como recurrente. En agosto de 2021, también en Aimogasta, se incautaron más de 480 piedras de rodocrosita que estaban en encomiendas. Hace poco más de tres años, se secuestraron 120 kilos de la misma piedra en el distrito Minas Capillitas. Allí se descubrió que desconocidos habían sustraído el material en el propio yacimiento y huyeron con la carga en una camioneta. Luego los atraparon. Eran cuatro hombres de entre 23 y 31 años. Unos meses antes, otros cuatros hombres fueron arrestados con una carga de 117 kilos de rodocrosita que llevaban en motos.

Y así numerosos casos de tráfico que se escurren en los entresijos de la ineficiencia estatal. n

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