lunes 18 de marzo de 2024
Cara y Cruz

La mecha de Palacios

El brutal asesinato de Raymundo Barrionuevo y la desaparición de dos mujeres desplazaron en enero el foco de atención de la investigación del crimen del ministro de Desarrollo Social Juan Carlos Rojas, que sigue embarbascado en inmensos interrogantes mientras se aguarda que el perfeccionamiento de los peritajes ofrezca pistas.

El caso expuso las limitaciones técnicas del sistema judicial catamarqueño: los celulares debieron enviarse a Buenos Aires para desbloquearse; las imágenes de la cámara de seguridad, a Salta para tratar de obtener mayor nitidez y determinar fehacientemente si la mujer que registraron es Silvina Nieva, única sospechosa del homicidio.

Más de un mes después del asesinato fue allanada la sede del sindicato gastronómico, que Rojas comandaba, en busca de indicios que orientaran sobre el móvil del ataque, que aún no puede determinarse.

La indefinición de la causa volverá a ser eje de polémicas en febrero, cuando debe volver a reunirse el tribunal del jury para avanzar en el proceso contra el fiscal Laureano Palacios, apartado del expediente por su deficiente gestión en las primeras horas posteriores al crimen, a las que sumó después la detención de Nieva durante una semana con una orden que no tenía su firma ni la de su secretario.

Aunque la apertura del jury fue admitida, la diputada Cecilia Guerrero y el senador Oscar Vera plantearon objeciones formales en las que la oposición ve el embrión de una defensa política del funcionario judicial. El propio Palacios abonó tales presunciones por su parte, en una defensa que fue rechazada por improcedente pero cuyo contenido trascendió.

La investigación del crimen del ministro de Desarrollo Social Juan Carlos Rojas sigue envuelta en inmensos interrogantes.

En el escrito rechazado, consigna que los peritos que intervinieron en la escena del crimen, sobre todo los de la división de Homicidios y el Cuerpo Interdisciplinario Forense, no le advirtieron sobre la posibilidad de que la muerte de Rojas hubiera sido violenta.

Luego le reprocha al juez de Garantías Lucas Vaccaroni un rigorismo excesivo por haber ordenado la liberación de Nieva solo porque faltaban unas firmas. Recuerda de todos modos que “las facultades inherentes al contralor de lo respecta al expediente son de responsabilidad de los secretarios actuantes”, y que “más allá de ello, la situación aconteció con la intervención de dos fiscales coadyuvantes”, que eran Hugo Costilla, sobre quien recayó la causa, y Alejandro Gober.

Cierra con un argumento político: la oposición instigó el jury en su contra para atacar al oficialismo, que cumplió con los rituales para designarlo sin concurso. En este sentido, tras marcar las “declaraciones injuriantes” a su desempeño profesional, recuerda que “el Senado de la provincia al conceder el acuerdo, ejerció el correspondiente contralor de los antecedentes personales, con lo cual, si el Jurado revisara aquéllos, la resolución sería inconstitucional pues se afectaría la división de poderes”. A su criterio, “no corresponde iniciar el proceso de remoción a un agente fiscal con relación a hechos anteriores a su designación, en tanto ellos fueron conocidos por el Poder Ejecutivo Provincial y por el Senado de la Provincia al darle acuerdo”.

En síntesis, el problema sería que nadie le advirtió sobre lo que podía ocurrir. Los peritos no le avisaron que la muerte podía no ser por causas naturales. Su secretario y los fiscales coadyuvantes tampoco le avisaron que la orden de detención de Nieva carecía de firma. El juez de Garantías se puso en riguroso, en lugar de avisarle para que salvara el error de la falta de firmas.

Lo menos controversial de su alegato son los motivos por los que llegó a fiscal: la culpa no es de él, sino del Gobierno que lo propuso y el Senado que le dio acuerdo. Cualquiera sea la opinión sobre el resto de los justificativo, debe admitirse que a este punto no hay forma de rebatirlo.

Si Palacios mantiene la línea, cuando le llegue el momento intentará comprometer a todo el sistema en el extravío de la pesquisa. Prendió una mecha que no llegó todavía a la bomba solo por el providencial cese de actividades de enero. De su voluntad depende apagarla.

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