El vertiginoso avance de las nuevas tecnologías ha facilitado el surgimiento de delitos antes desconocidos. Y esta irrupción ha provocado, consecuentemente, adaptaciones en el Código Penal para castigar a sus autores.
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El vertiginoso avance de las nuevas tecnologías ha facilitado el surgimiento de delitos antes desconocidos. Y esta irrupción ha provocado, consecuentemente, adaptaciones en el Código Penal para castigar a sus autores.
Uno de estos nuevos delitos es el grooming, o acoso por medios digitales. Y ayer se cumplieron diez años de su inclusión como delito penal a través de la Ley 26904. La ley establece una pena de prisión de seis meses a cuatro años a la persona que “por medio de comunicaciones electrónicas, telecomunicaciones o cualquier otra tecnología de transmisión de datos, contactare a una persona menor de edad, con el propósito de cometer cualquier delito contra la integridad sexual de la misma”.
Si bien debe reconocerse esta modificación del Código Penal como un progreso, pero debe necesariamente acompañarse de campaña de concientización respecto de qué es el grooming, cómo prevenirlo y cómo denunciarlo.
Cuando surgieron los primeros casos de acoso virtual, la población en general no era consciente de la gravedad de este tipo de delitos. Y hasta en muchos casos no lograba identificarlos como tales. El proceso de concientización fue lento pero gradualmente el tema se fue visibilizando. En este aspecto fue importante la institucionalización, hace cinco años, del Día Nacional de la Lucha Contra el Grooming. Y, adicionalmente, la sanción de otra ley, la 27590, que crea el Programa Nacional de Prevención y Concientización del Grooming o Ciberacoso contra Niñas, Niños y Adolescentes (NNyA).
Esta última ley lleva el nombre de Mica Ortega, una niña de 12 años que fue asesinada por un hombre que la contactó por la red social Facebook haciéndose pasar por un menor de edad. Se trató del primer caso de grooming que terminó en un crimen.
El hecho de conocer cómo suelen operar los ciberacosadores ha permitido a muchos padres, y también a las potenciales víctimas, estar alertas. Por eso se multiplican exponencialmente cada año las denuncias. En Catamarca, según información proporcionada por el fiscal general Alejandro Gober, hay por año alrededor de 50 denuncias de grooming, y desde su tipificación ya son varias las causas que terminaron en juicio y condena.
Es de suma importancia que se sistematice la concientización sobre el grooming en los ámbitos educativos. Y que los docentes sean capaces de detectar casos posibles para dar aviso a las autoridades policiales o judiciales. De hecho, algunos de los objetivos del programa de prevención para proteger contra el grooming a las NNyA son enseñarles a usar internet de manera responsable y capacitar a las personas que trabajan en las escuelas para que sepan prevenir y reconocer casos de grooming.
Es crucial, además, que la víctima del acoso virtual tenga el apoyo y acompañamiento del entorno afectivo, de modo que se anime a relatar lo que está viviendo y de ese modo se activen los mecanismos previstos por la ley para investigar, detectar y finalmente castigar al acosador. Por esta razón, el diálogo entre los niños y adolescentes que operan en las redes sociales y sus padres o mayores responsables resulta de una gran importancia, no siempre tenida en cuenta debidamente.