jueves 28 de marzo de 2024
CARA Y CRUZ

La implosión del centro

Por Redacción El Ancasti

El desperdigue da la impresión de un estallido, pero fue una implosión: Alternativa Federal, la tercera vía entre las riberas de la grieta, se hundió por el colapso de su viga maestra en provincia de Buenos Aires. 

Atribuirle a Sergio Massa el vaciamiento de la propuesta es sobreestimar sus cualidades como líder. Una evaluación más atinada de su papel requiere considerar que estaba vacío cuando pegó el salto hacia el kirchnerismo: la mayoría de los intendentes bonaerenses que le respondían habían pactado antes pegarse a la boleta de la “doble Fernández”. Un reflejo de autoconservación: temían perder sus distritos


Massa es el conductor conducido, víctima de un ultrabarroquismo especulativo que se volvió grotesco. Los acontecimientos lo superaron y, como decía Perón, quien no tenga cabeza para prever, deberá tener espaldas para aguantar.
La deserción de los intendentes de su Frente Renovador no solo mermaba sus posibilidades en una eventual PASO de Alternativa Federal. También, y tal vez sobre todo, lo devaluaba ante el resto de los referentes del sector en ciernes, pues los intendentes massistas eran la indispensable pata bonaerense del proyecto. 
El congreso del Frente Renovador que autorizó al jefe a negociar su destino con las distintas ofertas de la góndola electoral 2019 fue una concesión a la misericordia, pura “mise en scéne”. Era necesario atemperar el papelón de ir a pedir la escupidera al kirchnerismo.
Sin anclaje territorial en Buenos Aires, el potencial de Alternativa Federal se redujo drásticamente. El gobernador cordobés Juan Schiaretti no estaba dispuesto a apadrinar una aventura destinada al fracaso después de la gloria obtenida con su aplastante reelección en Córdoba. El desparramo se precipitó.


El senador Miguel Ángel Pichetto agarró sin dudar la candidatura a vicepresidente que le ofreció el presidente Mauricio Macri. Acaso se viera en Massa: en escenarios tan volátiles como el que se atraviesa, no es conveniente excederse en los mariposeos histéricos.
Al gobernador salteño Juan Manuel Urtubey no le quedó ni un “sparring”, así que se resignó a ser candidato a vicepresidente del ex ministro de Economía Roberto Lavagna en “Consenso Federal 2030”. Su primer acto después de esta decisión, en La Matanza, lo más populoso del hostil territorio bonaerense, ha de haberle hecho acordar a su experiencia en Recreo. Lo dijo, impecable, Macedonio Fernández: si faltaba uno más, no cabía. 
De todos modos, y aunque sea porque no le quedaba más remedio –como a Massa- puede rescatarse de Urtubey la coherencia de mantenerse en su sitio: Lavagna será la expresión electoral de lo que quiso ser Alternativa Federal.


La línea nacional baja a las provincias. El sector del senador nacional Dalmacio Mera está en tratativas con el del sindicalista Luis Barrionuevo para armar una oferta de perfil peronista en Catamarca. Estaban muy distanciados, pero ya se sabe que donde hubo fuego, cenizas quedan. El diputado provincial Hugo Ávila, expulsado del kirchnerismo, se integrará a la entente.
El adelantamiento de Barrionuevo, con estos nuevos aliados, interpela al Gobierno. A nivel nacional, se estima que Lavagna capturará más votos macristas que kirchneristas, pero en el plano local la oferta que empieza a esbozarse navegará en el electorado del oficialismo.


La oposición también registra los dinámicos vaivenes nacionales. El senador nacional Oscar Castillo fue el primero en celebrar el encumbramiento como vicepresidente de Pichetto, sobre quien derramó elogios. Ayer los reiteró y aprovechó para poner de relieve, otra vez, las figuras de Roberto Gómez y el rector de la UNCA, Flavio Fama, precandidatos respectivamente a gobernador e intendente de la Capital. Mientras, las negociaciones por la unidad en el FCS siguen en veremos.
 

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