"Soy una persona divertida, organizada y responsable. Me gustan los animales y los niños. Juguetón. Me encanta ver películas, salir con los amigos y conocer gente. Me interesa trabajar en países menos desarrollados ayudando a la gente y, si es posible, ver diferentes lugares y paisajes increíbles". Así se describía Pau Pérez Villán en sus redes sociales.
Con apenas 34 años, su vida se terminó la semana pasada. Su cadáver fue hallado con heridas de arma blanca dentro de un vehículo. Si bien en un principio los investigadores creían que este hecho no tenía relación con los ataques terroristas perpetrados en Barcelona, en las últimas horas surgió una hipótesis que sitúa a Pau Pérez Villán en el camino del atacante que mató a 13 personas en Las Ramblas.
Los últimos datos permiten concluir que el marroquí Younes Abouyaqoub secuestró a Paú Pérez en su propio coche, un Ford Focus blanco, para poder escapar. Cuando ya no lo necesitó, lo apuñaló. Por eso los medios internacionales hablan de él como la víctima número 15 de los ataques en Cataluña.
Pau había nacido en Vilafranca del Penedés, uno de los municipios de Barcelona. Pero no le gustaba quedarse quieto. Por eso, parte de sus 34 años los pasó en Francia, Argentina y Haití, hacia donde viajó como voluntario tras el terremoto de 2010.
Ingeniero, amante del fútbol y aventurero, sus amigos lo recordaron esta mañana, luego de enterarse de la triste noticia, como "una persona totalmente afable, simpática, que nunca levantaba la voz". "Estar con él era siempre algo alegre", aseguraron.
La semana pasada se supo que Silvina Alejandra Pereyra, 40 años, también víctima del fundamentalismo islámico, nació en la Argentina. Hace una década que residía y se desarrollaba profesionalmente en Barcelona.