sábado 14 de junio de 2025
Cara y Cruz

Resignados a la indiferencia

Un día antes de que un grupo de gobernadores renovara por enésima vez los reclamos a la Casa Rosada por la falta de recursos e inversiones nacionales en el interior, el tucumano Osvaldo Jaldo postuló lo que podría interpretarse como una resignación a la indiferencia.

“Nos tildan de dialoguistas y lo somos, pero dialogamos para traer lo que por ley le corresponde a Catamarca y Tucumán. Nadie se salva solo en esta Argentina. Vamos a defender a quienes nos votaron, pero gobernamos para el 100% de los tucumanos y catamarqueños”, dijo al habilitar un tramo de la ruta 307, que conecta las localidades de Amaicha del Valle, en Tucumán, y Santa María, en Catamarca.

Lo acompañaba el gobernador catamarqueño Raúl Jalil, que pocas horas después formaría parte de la delegación de mandatarios que transmitiría al ministro del Interior Guillermo Francos las inquietudes presupuestarias de un interior sometido a ninguneo sistemático. Como era de esperarse, la delegación de las provincias no obtuvo más respuesta que un pedido de paciencia para estudiar los números y ver qué se puede hacer sin afectar el preciado equilibrio fiscal. Ni siquiera se trata ya de promesas “a pillar”. En el diseño libertario, Francos cumple el rol de impostar sensatez y corrección institucional al servicio de una gestión caracterizada por las desmesuras.

Los gobernadores se articulan para los reclamos, pero juegan disociados en el Congreso. Tal inconsistencia entre la retórica y la acción es una ventaja enorme para Milei

Las negociaciones que pueden arrojar resultados concretos se realizan en las muy específicas circunstancias en que el Gobierno nacional requiere auxilio parlamentario y nunca tienen alcance general. Un toma y daca en el que el orden libertario utiliza los Aportes del Tesoro Nacional para convencer las voluntades indispensables para impedir que las sinuosas alianzas parlamentarias de las tribus opositoras consigan las mayorías necesarias para sancionar iniciativas consideradas inconvenientes por Javier Milei o neutralizar sus vetos.

Los gobernadores se articulan para los reclamos, pero juegan disociados en el Congreso. Tal inconsistencia entre la retórica y la acción es una ventaja enorme para Milei, que no tiene interés alguno en afectarla con compromisos como el Pacto Fiscal que las provincias pretenden.

Esto es cada vez más obvio, aunque los gobernadores no tengan más remedio que participar de los estériles rituales de concordia con el amable Francos. Ni siquiera pudieron coordinarse para que se sancionara el Presupuesto nacional, tampoco pueden converger en una estrategia común para que Milei coparticipe impuestos de los que se apropia ilegítimamente.

De ahí Jaldo: “Cuando vamos al Gobierno nacional con Raúl y otros gobernadores, nos dicen que no hay plata y que no hay obras para el interior. Por eso hoy más que nunca, con recursos propios, seguimos adelante con obras de infraestructura. Lo hacemos para generar trabajo digno y dar respuesta concreta a nuestras comunidades”, dijo en la inauguración vial.

El gobernador describió el momento político y económico como “uno de los más complejos de la historia argentina” e insistió en que las provincias del interior deben adaptarse. “Sobran (se entiende que en los gobiernos provinciales) las decisiones políticas a favor de la gente, aunque falten los recursos. Esta obra lo demuestra. Estamos recuperando el 100% de la ruta 307 en los Valles Calchaquíes con fondos propios y planificación”, señaló. La obra, remarcó, no solo mejora la conectividad vial y el turismo, sino que "consolida los lazos de fraternidad entre tucumanos y catamarqueños". En otras palabras: hay que arreglarse sin esperar nada de la Nación.

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