El crédito tomado por el Ejecutivo provincial por 45 mil millones de pesos para la realización de obras va a contramano de la tendencia que vienen manteniendo las gestiones justicialistas desde 2011, en el sentido de evitar contraer deudas que, en el futuro, pueda comprometer la sustentabilidad de las finanzas públicas en Catamarca. Esta suerte de cultura de la responsabilidad fiscal, que es casi un sello de identidad, no parece amenazada ni resquebrajada por la deuda contraída, que por otra parte no es tan alta y tiene condiciones accesibles de devolución, pero es sintomático de una situación de fragilidad de la economía provincial provocada por la caída de los fondos nacionales de los últimos dos períodos.
A esta retracción de los recursos coparticipables y de las transferencias no automáticas se debe agregar la paralización de la obra pública nacional dispuesta por Javier Milei. De hecho, el crédito, aprobado por el Banco Nación, es para financiar un plan de obras que son consideradas prioritarias para la provincia en la actual coyuntura y que no formarán parte de ningún plan de inversiones del gobierno federal.
No se conoce aún con precisión cuáles serían las obras a ejecutar, pero el plan original, presentado en el proyecto de Presupuesto 2025 contempla la construcción de puentes, la pavimentación de rutas, la construcción del gasoducto Lavalle-Catamarca, de viviendas, de hospitales y centros de salud, entre otras.
Más allá de las advertencias que deben formularse, es importante destacar también que la situación de equilibrio fiscal del que goza Catamarca, con ejercicios incluso en los que se detectan superávits, permite que el crédito tomado se aplique en inversiones, como obras de infraestructura pública, que apuntalen estratégicamente el desarrollo provincial. Preocupante sería que, como ocurrió en otros períodos de la historia, se utilice para financiar gastos corrientes, como el pago de salarios o el funcionamiento en general del Estado.
Catamarca se encuentra, junto a San Luis, La Pampa, Santiago del Estero, Formosa y Corrientes, en el lote de las provincias con niveles bajos de endeudamiento. En el otro extremo se pueden mencionar a las jurisdicciones más grandes, que tienen en términos absolutos un nivel de endeudamiento mucho mayor y a otras que enfrentan dificultades por el nivel de endeudamiento per cápita, como Neuquén, Jujuy, La Rioja y Chubut.
Esta condición de bajo endeudamiento es una garantía de sustentabilidad fiscal en el corto plazo, pero la caída de la actividad económica y consecuentemente de la recaudación, síntomas de una economía nacional que no puede despegar, se cierne como amenaza para los próximos años. De modo que mantener la prudencia fiscal y evitar ingresar una vez más en ciclos de endeudamiento que son perniciosos para las cuentas públicas de los gobiernos subnacionales, debe continuar siendo un objetivo prioritario del gobierno de Catamarca.
La situación de equilibrio fiscal del que goza Catamarca permite que el crédito tomado se aplique en inversiones, como obras de infraestructura pública. La situación de equilibrio fiscal del que goza Catamarca permite que el crédito tomado se aplique en inversiones, como obras de infraestructura pública.