Herido. Francisco Monti se metió,
inesperadamente, en un campo minado del que no salió precisamente indemne.
El diputado nacional Francisco Monti cayó en la peligrosa tentación de publicar en sus redes sociales una chicana política impropia, por varios motivos, de la representación que ejerce. Se metió, inesperadamente, en un campo minado del que no salió precisamente indemne. Las esquirlas del fuego que desató terminaron hiriéndolo justo en un momento en el que no necesita ataques que afecten su credibilidad, sino, por el contrario, adhesiones que le permitan soñar, tal vez, con una reelección que por ahora aparece como políticamente improbable.
Para responder a la propuesta del gobernador Raúl Jalil sobre un proyecto de ley para fomentar la natalidad en la provincia ante la sostenida caída de nacimientos, Monti soltó tal vez irreflexivamente –a juzgar por la orfandad de argumentos que encierra su “propuesta”- que se podría "empezar por aflojar con la cantidad de abortos que se realizan en la Maternidad Provincial", vinculando así la baja de nacimientos con la interrupción voluntaria del embarazo.
Las razonables objeciones que merece el desatino que perpetró son inusitadamente abundantes para un texto tan corto y muchas de ellas fueron planteadas rápidamente por legisladoras, activistas y exfuncionarias con sólidos argumentos. Pero las más importantes son dos.
Las interrupciones legales del embarazo que se practican en la Maternidad no son decisiones oficiales que puedan limitarse mediante decreto, sino el ejercicio de un derecho amparado por una ley.
En primer lugar, las interrupciones legales del embarazo que se practican en la maternidad no son decisiones oficiales que puedan limitarse mediante decreto, sino el ejercicio de un derecho amparado por una ley con la cual el diputado puede disentir, pero no desconocer. No es lógico pedirle al gobernador, en consecuencia, que disminuya con esas prácticas sin que transgreda la ley. ¿Qué debería hacer el primer mandatario provincial, ordenar al director del centro de salud que deje de proporcionar este tipo de asistencia?
Además, como bien le mostraron las objetoras de su posteo, las estadísticas indican sin lugar a dudas que la baja en la tasa natalidad no se vincula con la sanción de la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo, sino que es un fenómeno global, incluso en países donde el aborto está prohibido y en la Argentina obedece también a otras causas, como por ejemplo a la implementación del exitoso Plan Nacional de Prevención del Embarazo No Intencional en la Adolescencia, ahora discontinuado por el ajuste del gobierno de Milei, política que es del agrado del diputado Monti, como bien le recuerdan sus objetoras. La Ley de IVE se sancionó en 2020 y se empezó a aplicar al año siguiente. La baja en la tasa de natalidad es constante desde 2014. El legislador probablemente lo sepa, pero igual posteó intentando confundir, lo cual habla mal de su intencionalidad. O no lo sabe, lo cual habla mal de su formación en la materia, y en ese caso debería haberse abstenido de opinar en un tema tan sensible.
Al legislador “con peluca” también lo cuestionaron por su apoyo a la gestión libertaria que desfinanció la Ley de los Mil Días, sancionada conjuntamente con la de IVE, que tiene como objetivo fortalecer el cuidado integral de la salud y la vida de las personas gestantes y de los niños y niñas durante los primeros tres años de vida.
En definitiva, lo que debe señalarse es que la baja en la cantidad de nacimientos es un tema complejo y con muchas aristas. Tiene múltiples causas y por ende demanda un abordaje responsable, multidisciplinario y basado en un debate pluralista y sin prejuicios. Lo que menos necesita son chicanas lanzadas en redes sociales por representantes del pueblo en el Congreso de la Nación, que pueden ser efectistas pero carecen de un mínimo de sentido común.