lunes 20 de octubre de 2025
Colección Sade

Memoria de la madre

Octubre es el tiempo en que el olor del pan se mezcla con las rosas y sentimos la vida. Estrenamos un nombre eternizándolo, crisálida de amor, ventana al canto. Y deletreamos MADRE, silencio antiguo, a veces, sonrisa de postal en los cajones; para siempre con vida corriendo por la casa, inaugurando voces de alegría, renaciendo su gesto en los rincones, secándonos el llanto.

Los poetas devuelven en palabras la intacta imagen de esa mujer que aun ausente, es la presencia cierta que nos sacude el alma.

MADRE

Luis Franco

(Fragmento)

A esta mujer callada, a esta mujer oscura,

la alabo así, vestida de simpleza y cordura.

Su bondad está hilada de consuelo y abrigo

y su corazón lleno de experiencia y de días

es corazón más cándido que el corazón del trigo.

Y nada hay tan de madre como esas manos pías,

doctas en la dulzura y en todo noble uso,

y criaron con afanes santamente prolijos

las plantas de este huerto de su vida, sus hijos.

COPLAS

(Recopilación de Juan Alfonso Carrizo)

Mi madre me dijo a mí

cuando estaba por morir:

Debes sufrir en el mundo

para aprender a vivir.

Bien me lo dijo mi madre:

Has nacido sin ventura.

Ninguno pasa trabajos

mientras la madre le dura.

NO TENGAS MIEDO, MADRE

María del Rosario Andrada

En la curva más alta

del destino

imaginabas los colores

apretabas mis manos

escapándole

al miedo

en el mundo de Tiresias

aquel dios ciego

que solo veía el futuro.

El alba se fue apagando,

Madre!

Las sombras tiñeron

tus ojos

en un laberinto sin retorno

tu huella

era el retrato de un náufrago

atrapado entre los sueños.

LA MADRE

Pía Cabral

I

Conozco el silencio que te sostiene

antes de que callaras

ninguna palabra

todavía ejercías algunos rituales

no es posible incendiar una casa hecha de piedra

pensé que mi madre había muerto

pero la muerte era yo

en una foto

llena de fantasmas.

II

El recuerdo de mi madre está acostado en la cama.

Mira las noticias.

Empuña el rosario.

Mi madre se fue hace tanto

que ya no puedo olvidarla.

Su vientre parió en mí una sangre nueva.

VISIONES DEL ÁNGEL

Hilda Angélica García

GOLONDRINAS

Mamá canta y sonríe: “golondrinas

de un solo verano…”.

Y perfuma el laurel, detiene el vuelo

un ángel que pasaba alborotado

“con ansias constantes de un cielo lejano.

Madre canta, revuelve la comida

y agrega el azafrán.

Regresan en su voz las golondrinas.

LA LLUVIA DE SUS OJOS

Madre esconde la lluvia de sus ojos

mientras oye las hojas en el patio

caer sobre sus sueños.

Apronta las agujas de colores, dedales

de cristal, el universo

en punto cruz bordado.

Madre asoma, entorna los postigos.

La seda de su sombra se mueve en la ventana.

RETRATO

José Pedroni

(Fragmento)

Tu retrato es la virgen de la casa:

consuela, anima, reconviene, implora;

sonríe al simple buen humor que pasa

y detiene al que llora.

Suave presencia que por bien querida

con sayo y toga de otra edad me viste,

y me tiene durante la comida

dulce, callado, triste.

Madre: ¡cómo me miras, cómo me amas,

cómo con tu sonrisa me coronas,

cómo sufres por mí, cómo me llamas

y cómo me perdonas!

Tengo tu boca: doloroso nido;

tus cejas de ilusión: alas en vuelo;

tu pensamiento: pájaro perdido,

y tu mirada: cielo.

Madre que estás en mí como la brisa,

como el agua cordial, como la sombra;

madre: lágrima, beso, flor, sonrisa

y lo que no se nombra.

LA MADRE

Augusto González Castro

Mi recuerdo se pierde entre sus manos blancas.

Lo demás huye siempre de mis recuerdos vanos.

Y me siento, de súbito, estrujado de besos:

Ella no fue en la vida sino dos manos blancas.

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