Un año antes de cometer el doble femicidio de su ex pareja, Luna Giardina, y su suegra, Mariel Zamudio, el acusado Pablo Laurta había finalizado un proceso judicial para borrar de su identidad el apellido de su padre, argumentando una infancia de "maltrato psicológico y físico". El dato, revelado en un expediente al que accedió el diario La Voz, suma un capítulo oscuro y premonitorio a la historia del hombre que fundó la organización "Varones Unidos".