Preso. Excarcelado en la causa federal, Bacchiani no puede salir libre porque purga condena por estafas.
Las hipótesis sobre posibles mejicaneadas del botín de las criptoestafas perpetradas en “Adhemar Capital” volvieron al tapete apenas se conoció la noticia de la excarcelación concedida a Edgar Adhemar Bacchiani en el marco de la causa federal que se le sigue en Catamarca.
El célebre “Trader God” no podrá beneficiarse de la disposición judicial porque debe purgar la condena por estafas que le impusieron en Córdoba luego de confesarlas, pero su abogado, Ezequiel Walther, apuntó a los ex empleados de la fallida criptofinanciera José Blas y Alexis Sarroca como eventuales responsables de movimientos registrados en cuentas virtuales atribuidas a su cliente.
“No hay un elemento cierto, concreto y específico que pueda determinar de manera fehaciente que haya sido Edgar Adhemar Bacchiani quien movió las cuentas. Al día de la fecha, Bacchiani tuvo más de 30 requisas en su celda y nunca se le encontró un aparato telefónico que tenga señal con internet que permita cualquier tipo de movimiento de esos. Bacchiani negó que sea el autor”, advirtió el letrado.
Según dijo, Bacchiani “había sufrido el robo de las claves y de las cuentas con las cuales operaba, que estaban siendo utilizadas por personajes que eran parte de su circuito más cercano en su momento”.
“Blas -que era el gerente- Sarroca y otro tipo de socios que tenían injerencia adentro de la empresa, que tenían la posibilidad de tener acceso a las cuentas”, puntualizó.
Como Bacchiani, Blas y Sarroca también fueron excarcelados por orden de la Cámara de Apelaciones Federal de Tucumán, después de casi tres años y medio de estar presos sin llegar a juicio. Pero a diferencia del “trader”, ambos cumplían prisión domiciliaria y por lo tanto contaban con más posibilidades de acceder a dispositivos informáticos.
La elevación a juicio sigue pendiente de que se despejen complicados entuertos leguleyos, pero las excarcelaciones parecen habilitar una nueva etapa, extrajudicial, en la que vuelven al ruedo los indicios sobre la descomposición de la banda que se inició cuando comenzaron las dificultades para pagar y los problemas judiciales, a principios de 2022.
Bacchiani, Blas y Sarroca fueron detenidos en abril de ese año. Asistido por el abogado Lucas Retamozo, Bacchiani se las arregló para mantener el proceso durante varios meses encorsetado en sus promesas de devolver el dinero esquilmado, maniobras con las que colaboró Alfredo Aydar, representante de varios damnificados.
El bicicleteo terminó en agosto, cuando se descubrió que el “trader” había fraguado una captura de pantalla con la pretensión de demostrar que contaba con casi 60 millones de dólares para satisfacer los reclamos de sus acreedores, pero desde entonces recrudecieron las versiones de que los miembros de la pandilla habían comenzado a traicionarse entre ellos después del colapso.
El supuesto robo de claves que ahora reactualiza Walther se concatena con otras acusaciones que Bacchiani descargó en sus indagatorias contra Retamozo, el también abogado Carlos Correa, la escribana Joaquina Córdoba Gandini y su expareja y socia Celeste Zaraive Garcés Rusa, quienes, según dijo, se confabularon para despojarlo del patrimonio con el que podrían haber resarcido a los damnificados. Posibles rastros de estas operaciones aparecieron en la llamada “Causa Wika”, por la cual está sometido a juicio político el fiscal de Instrucción provincial Hugo Costilla.
Se desconoce si los pesquisas federales desplegaron algún tipo de investigación para corroborar o desestimar las denuncias que el reo vertió en su defensa. Las declaraciones de Walther indican que pretende insistir con ellas rumbo al juicio.