Sesión especial. La presidenta de la Cámara Baja, Paola Fedeli, convocó para cerrar el tema Defensor del Pueblo.
Madrugados por el bloque oficialista, que pidió una sesión especial para darle un corte a la prolongada polémica sobre el Defensor del Pueblo, los diputados del radicalismo elevaron un planteo propio para tratar de diferenciarse con otra agenda, pero el apuro los hizo incurrir en unos errores tan elementales que terminaron siendo ellos mismos el tema del día.
Como se equivocaron en la fecha de la sesión que requerían, le ofrecieron a la presidenta del cuerpo, Paola Fedeli, la oportunidad no solo de florearse con sus conocimientos reglamentarios sino también de demostrar que está al tanto del día en que vive. Los inquietos legisladores pretendían hacer el plenario el martes 25 de junio de 2025, fecha que no existe ni existirá mientras rija el calendario gregoriano. Hoy, martes, es 24 de junio de 2025 y lo seguirá siendo al menos hasta que a Javier Milei se le ocurra adoptar el calendario judío.
Un pedido de sesión especial de la UCR fue rechazado en la Cámara de Diputados por fallas reglamentarias y de fecha. Un pedido de sesión especial de la UCR fue rechazado en la Cámara de Diputados por fallas reglamentarias y de fecha.
Fedeli les recordó que el Reglamento Interno de la Cámara de Diputados habilita a los legisladores para pedir sesiones especiales, pero le asigna la prerrogativa de fijar la fecha exclusivamente a la Presidencia. Como si señalarles este error a tan aguerridos parlamentarios no fuera suficiente humillación, se regodeó malévola en el despiste con el almanaque. “En caso de que quisieran los legisladores sugerir una fecha, sin ser vinculante a la decisión de la Presidencia, resulta inadmisible la fecha propuesta, ya que en el calendario del presente año no existe tal fecha martes 25 de junio, por lo que resulta dubitativa la propuesta”, ironizó. “Dubitativa”. Cuánta maldad.
Los radicales deberían haber insistido para el 6 de Mesidor de 233.
El papelón ocultó los temas que querían contraponer a la aprobación con reformas del decreto del Defensor del Pueblo, que eran:
- Derogar los cambios en la base cálculo para los aportes de la OSEP.
- Citar a la ministra de Trabajo, Planificación y Recursos, Verónica Soria, para interrogarla sobre la demora en los llamados a asamblea para la cobertura de cargos y las tardanzas en las altas y pagos de haberes adeudados a los docentes.
- Crear un Fondo de Reparación Salarial para 2025.
- Establecer un “pacto social por la educación como un proceso participativo, inclusivo, democrático y multisectoral, destinado a la actualización normativa, integración institucional y mejora estructural del sistema educativo provincial".
Agenda ambiciosa e interesante, ha de admitirse, sobre todo en el último punto, aunque un tanto excesiva para ser tratada en una sesión.
Como en esto de la comicidad involuntaria siempre hay revancha, los radicales no pierden las esperanzas de que sus antagonistas del oficialismo se precipiten hoy en un bochorno similar al que protagonizaron el miércoles de la semana pasada, cuando no pudieron juntar el quórum para aprobar el baqueteado decreto del Defensor del Pueblo porque cuatro integrantes del bloque habían preferido viajar a Buenos Aires para participar de la marcha por Cristina Kirchner. Las sobreactuadas aflicciones de los diputados peronistas por la falta de vocación para el debate de sus colegas no alcanzaron a disimular del todo que el controvertido decreto tenía tratamiento preferencial y debía tratarse ese miércoles porque ellos mismos lo habían solicitado, de modo que la sesión se frustraba en realidad por el desconcierto de quienes antes habían declarado estar tan urgidos.
El bloque peronista no estaba dispuesto a admitir que la ex presidenta condenada genera más pasiones que el ex ministro de Educación Dalmacio Mera. Acosada por opositores que le recordaban que el oficialismo, en su condición de mayoría, era el que debía garantizar el quórum, la presidenta Fedeli no encontró artículos del Reglamento Interno para atenuar el traspié estratégico. Se limitó a señalar que el quórum es “responsabilidad de todos”, elevada concepción institucional a la que los opositores podrían recurrir cada vez que el oficialismo los deje sin número para sesionar.