En el corazón de la Puna catamarqueña, en el imponente Salar de Antofalla, habitan pequeños organismos que han capturado la atención de científicos y turistas por igual: las artemias salinas.
En el corazón de la Puna catamarqueña, en el imponente Salar de Antofalla, habitan pequeños organismos que han capturado la atención de científicos y turistas por igual: las artemias salinas.
Estos microcrustáceos son protagonistas de un ecosistema único y extremo.
La doctora Florencia Colla, bióloga e investigadora del CONICET, conversó con "Tiempo Real" de Ancasti Streaming sobre estos organismos y la importancia de preservar su hábitat. “Las artemias son organismos indicadores de salinidad. Habitan naturalmente ambientes extremos como el Salar de Antofalla, donde toleran condiciones que serían inhóspitas para otras especies”, explicó la especialista.
El interés por las artemias se renovó tras la viralización de un video que muestra a estos crustáceos en su entorno natural.
Más allá de su belleza, estos organismos cumplen un rol clave en el ecosistema. “Son parte fundamental de las cadenas alimenticias. Se alimentan de bacterias y algas, y a su vez son alimento para aves como los flamencos, muchas de ellas especies vulnerables”, dijo la doctora.
La investigadora destacó que el auge turístico en la región debe ir acompañado de conciencia ambiental.
“Es muy importante que el turista sepa que estos organismos son muy frágiles”, enfatizó. Y agregó: “La idea es que la gente visite sin causar impacto, que seamos espectadores de la naturaleza, que ahí se da en su máxima expresión”.
La doctora Florencia Colla advirtió sobre prácticas comunes entre los visitantes que pueden dañar el ecosistema, como llevarse “recuerdos” del lugar.
“¿Qué cambia si me llevo una piedra volcánica o un pedacito de pasto? De alguna manera estamos interfiriendo en el ambiente. Todo lo que está ahí cumple una función”, explicó. Además, recordó que el agua de estas lagunas, aunque tentadora por su coloración, es altamente salina y puede irritar la piel.