lunes 18 de marzo de 2024
|| CARA Y CRUZ ||

Barbas en remojo

Del desarrollo de las causas por corrupción espoleadas por la Justicia Federal luego de que el kirchnerismo dejara...

Por Redacción El Ancasti
Del desarrollo de las causas por corrupción espoleadas por la Justicia Federal luego de que el kirchnerismo dejara la Casa Rosada comienzan a desprenderse indicios preocupantes para quienes eventualmente participaron en procedimientos administrativos poco claros. Es denominador común en la mayoría de estas investigaciones judiciales la utilización de la obra pública para el lucro ilícito, posteriormente blanqueado a través de organizaciones financieras conformadas con tal propósito. En este esquema general, determinados personajes en la cumbre del poder amasaron millonadas. Las estrategias defensivas de los involucrados detonaron ondas expansivas hacia abajo de las estructuras administrativas que podrían tener derivaciones tremendas. En concreto: ministros y otras autoridades superiores se hacen los sotas y, para tratar de zafar, descargan responsabilidades en quienes fueron sus subordinados. Son varios los ex integrantes del funcionariato nacional que tienen las barbas en remojo por las consecuencias que podrían afrontar por haber tolerado o avalado el enriquecimiento de sus antiguos jefes. Esto, por supuesto, en los casos en que no estuvieran implicados derecho viejo como cómplices y partícipes en las ganancias arrojadas por las matufias. Las ansiedades son tan inocultables como el crecimiento de la disposición a delatar con tal de no quedar pegados en los procesos.


No hace falta demasiada imaginación para visualizar el panorama si en Catamarca la Justicia asumiera el rol que le corresponde -su obligación en defensa del patrimonio público, en definitiva- e investigara los casos bajo sospecha que existen, que no son pocos ni conciernen a una sola facción política. Aunque los juicios se demoren, está vigente la advertencia de casos como el de las compras directas y el "negocio del hambre" en el área de Desarrollo Social, donde junto a los jerarcas, con Víctor Brandán a la cabeza, quedaron implicados en la causa varios funcionarios de menor rango, e incluso el ex Tesorero de la Provincia que imprimió llamativa celeridad a los desembolsos. Otro tanto puede decirse del megafraude de las fundaciones, por ejemplo. Una conclusión que podría extraerse de lo que está ocurriendo en el orden nacional es que la omisión de obligaciones inherentes a los cargos en lo que hace a la regularidad de los trámites administrativos puede exponer más tarde o más temprano a la acción de la Justicia. En otras palabras: mantener una actitud contemplativa frente al enriquecimiento indebido de los jerarcas podría no ser tan inocuo para el cuero propio como parece.


Para ejecutar cualquier trámite en la administración pública es necesaria la participación de numerosos actores. Es inverosímil que un enjuague pase desapercibido a lo largo de todo el circuito. Pude ponerse como ejemplo la "cartelización" entre las empresas constructoras para acomodar licitaciones de viviendas, en la que concurren responsablidades del Ministerio de Obras Públicas, el Instituto Provincial de la Vivienda, la Fiscalía de Estado y el Tribunal de Cuentas, entre otros, a los que se suma la Municipalidad de la Capital para las sugestivas gestiones en torno a la Ciudad Satélite. Cualquiera que haya puesto la firma en alguno de los puntos del circuito podría quedar atrapado en una eventual investigación judicial. De tal modo, no solo los jefes siguen con inquietud la saga de la corrupción kirchnerista; varios segundas y terceras líneas se plantean ahora los peligros de haber legitimado movimientos poco claros de los que se habrían beneficiado los altos mandos, muy particularmente en las obras que llegaban a Catamarca con adjudicatarios ya definidos desde la Nación, para que los locales se limitaran a firmar. Les preocupa que a algún fiscal o juez provinciano se le despierte de pronto la curiosidad o la vocación indagadora que hasta el momento mantienen dormidas, pese al cúmulo de evidencias que ameritarían, al menos, presunciones de corruptelas.
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