miércoles 4 de diciembre de 2024

¡El Barrio Norte está de fiesta!

La más alta Casa de Estudios de la provincia de Catamarca, la UNCA, se encuentra ubicada en el Barrio Norte, frente a la Plaza Virgen del Valle, sobre Avenida Belgrano al 300.

En este barrio nací, crecí junto a mi familiar y viví sus cambios, sus transformaciones a lo largo de mi vida. Siendo niña recuerdo que sus calles eran de tierra, la Avenida Belgrano forestada por gigantes eucaliptos que daban fresca sombra a los laboriosos y sencillos vecinos.

En el barrio había valiosas instituciones como el Aeropuerto de Choya, que llamábamos ‘Cancha de Aviación’, donde llegaban autoridades importantes y deportistas destacados.

La cancha de la Liga de Fútbol, lugar de reunión de hinchas de diferentes equipos de este deporte. El Tiro Federal, donde se practica tiro al blanco y centro de grandes encuentros de amantes de este deporte.

La Escuela Normal de Varones ‘Fray Mamerto Esquiú’, donde se formaron mis hermanos y trabajó mi padre, Santo Serafín Ávalos. En este mismo edificio funcionaba el Instituto Nacional del Profesorado Secundario (INPS), fundado en 1943, donde se graduaban profesores de Historia, Francés, Geografía, Matemática, Castellano, Literatura y Latín, Inglés, Filosofía y Pedagogía, Química y Ciencias Naturales. Ambas instituciones educativas fueron semillero de docentes distribuidos por todo el país. En 1945 ingresó mi hermana, Blanca F. Ávalos, a estudiar allí, graduándose de Ciencias Naturales.

También en el barrio estaba la Escuela Profesional de Mujeres, donde las señoritas de la ciudad y del interior provincial estudiaban corte confección, bordado, telar, cocina y repostería. Luego amplió sus contenidos curriculares, se transformó en mixta y se trasladó a su nuevo edificio en Avenida Belgrano y Avenida Alem, cediendo su edificio a la UNCA en 1979.

El Hogar Escuela, que en su nacimiento llevó el hombre de ‘Eva Perón’, hoy Hogar Fray Mamerto Esquiú, en su predio eleva una hermosa iglesia donde se venera a San José, patrono del trabajo, muy solicitada para importantes ceremonias de casamientos, por su singular edificación.

El Club Defensores del Norte tiene su sede central sobre Avenida Belgrano al 400, centro de importantes actividades sociales y deportivas.

Todas estas instituciones jerarquizaban el Barrio Norte. Recuerdo que en la intersección de la calle Maipú y Avenida Belgrano se iniciaba la antigua ruta que llevaba a la famosa villa veraniega El Rodeo. Pasaba frente a mi casa, y por ese mismo camino llegábamos al bendito solar entre las lomadas de Choya donde se encontró la imagen de la Inmaculada Concepción por Manuel de Salazar en 1620: la Gruta de la Virgen del Valle. Por este mismo camino, haciendo un corto desvío al oeste, arribamos a la Iglesia de Choya, donde se venera al Señor de los Milagros y se encuentra una réplica del Señor de la Santa Paciencia.

En este escenario de importantes instituciones culturales y un bendecido lugar religioso nació la Universidad Nacional de Catamarca. En el edificio de la Escuela Normal Fray Mamerto Esquiú y del INPS, en esa casa grande, de largas y soleadas galerías, de altos techos, amplias aulas con grandes ventanales y un maravilloso salón de actos, rodeada de un bosque de eucaliptos y palmeras, pájaros y coyuyos, fue el lugar elegido para que naciera la UNCA en 1972.

Además, heredó un amplio predio al norte, cubierto de vegetación silvestre, donde se elevaban viejos edificios a medio terminar que llamábamos ‘pabellones’, que pertenecieron a la anhelada Escuela Regional para maestros, donde se encontraba el campo de deportes de la escuela. Esos pabellones construidos a principios de 1900 estuvieron olvidados por años, fueron invadidos por vegetación y recuerdo que en su interior crecieron algarrobos, cactus, tuscas y jarillas.

Sus muros al descubierto, el viento, la lluvia, las temperaturas no pudieron con ellos. Siguieron por años erguidos, arrogantes al tiempo, esperando y esperando. Pasaron generaciones de vecinos viendo el mismo paisaje de edificios truncados. Mis padres, cuando pasaban alrededor, los veían y decían: ‘¿Qué será de todo esto dentro de 50 años?’. Hasta que llegó Atenea, la diosa de la sabiduría, y ese predio se transformó. Algunos pabellones continuaron su edificación, otros fueron demolidos. Se construyeron nuevos edificios, convirtiéndose en el nido del saber de la juventud estudiantil en busca de enriquecerse en sus aulas con el conocimiento de las diferentes carreras que brinda.

Desde 1972 no dejó de crecer. Ese predio heredado cambió de fisionomía, se fue llenando de modernos edificios, campo de deportes, floridos y decorativos jardines que visten coloridas flores en septiembre, su mes aniversario.

El movimiento de las calles del barrio cambió, colmada de ir y venir de grupos de estudiantes, desde muy temprano hasta la noche, y escuchando vibrar en el aire diferentes tonadas de jóvenes que vienen del interior de la provincia y otras zonas. ¡Qué divertido es ver la tradicional ‘bendición’ del alumno que se recibe de una carrera! Escenas llenas de alegría y satisfacción por haber terminado, familiares y amigos acompañan a los festejos de bañar con harina y huevo. Todo vale en este rito. Luego las caravanas de autos y motos que acompañan al vehículo del egresado, con sus bocinas al máximo anunciando el pasaje del nuevo profesional. Los vecinos estamos acostumbrados y festejamos con aplausos y alegría este acontecimiento significativo para el barrio.

La creación de la Universidad en el barrio generó la instalación de negocios relacionados a las necesidades de la familia universitaria. Se instalaron fotocopiadoras, papelerías, negocios de útiles escolares, modernas confiterías, edificios con departamentos para alojar a estudiantes que provienen de otros lugares.

El predio universitario tiene al norte la calle José V. Figueroa, al este la Avenida Maximio Victoria, en honor al primer director de la Escuela Fray Mamerto Esquiú, al oeste la calle Maestro Quiroga. Sobre esta arteria se conserva un importante bosque de algarrobos, que siendo niña disfruté caminando bajo su sombra acompañando a mi padre a ver la conservación del alambrado que protegía el perímetro. A estos árboles se le sumaron una plantación de jacarandá, formando una isla de sombra, y debajo de ella se instalaron mesas, bancos para el esparcimiento del alumnado, permitiéndoles estar en contacto con la naturaleza.

Como dije, en 1943 se creó el INPS con diferentes carreras. Algunas se cerraron con los años por falta de alumnos, como ocurrió con la carrera de Geografía, pero en 1968 se reabrió e ingresé a estudiar cargada de vocación docente heredada de mi madre, María del Valle Sosa, y el ejemplo de mis hermanos. Llevé una vida estudiantil regular, con mucha responsabilidad y alegría. Estudié lo que me agradó siempre: la naturaleza, montañas, ríos, bosques. Disfruté mi elección.

Además, en el Barrio Norte vivieron algunos pioneros de la Alta Casa de Estudios, como ser el profesor Federico Pais, el profesor Roberto Corletti, el profesor Segundo Ruiz, el profesor Jorge Paolantonio, su señora la profesora Teresa Caminal de Paolantonio, hasta el actual rector de la UNCA, que vivió en su vida estudiantil en el Barrio Norte.

Pasaron los años, el Barrio Norte cambió su estilo de vida residencial familiar a un estilo de vida cultural, orgullo de la ciudad de San Fernando del Valle de Catamarca. Si mis padres vivieran estarían felices. Ellos llegaron en 1920, hace más de 100 años. Creció más de lo que soñaron. Desbordó sus expectativas.

Texto: Colaboración de la Profesora María Luisa Ávalos

Seguí leyendo

Te Puede Interesar