viernes 29 de marzo de 2024
Editorial

Exigencia que no puede demorarse

Es altamente probable que en los próximos días quede aprobada en Catamarca la Ley para la creación de un Sistema Integral de Atención en Salud Mental para las Fuerzas de Seguridad. El proyecto, presentado por el diputado Enrique Cesarini, tiene media sanción de la cámara baja y resta su tratamiento en el Senado provincial.

La iniciativa es interesante porque le da fuerza de ley a pautas muy necesarias al momento de evaluar si un integrante de la Policía, o un aspirante a serlo, están aptos desde una perspectiva de salud mental para desempeñar el cargo. Tanto en Catamarca como en otras jurisdicciones de la Argentina abundan los casos de efectivos de las fuerzas de seguridad que han dado sobradas muertas de no tener el equilibrio emocional suficiente para cumplir los roles específicos para los que fueron formados, y mucho menos para portar un arma. Protagonistas de hechos violentos, en su función pública o en su vida personal, no se entiende cómo pudieron superar exitosamente los exámenes psicológicos obligatorios a los que son sometidos.

El proyecto que aún se encuentra en la Legislatura provincial establece una serie de pautas y requisitos que afectarán a “todos los miembros de las fuerzas de seguridad de la provincia”, desde su condición de alumno o aspirante, hasta su retiro. Dispone también que los ingresantes deberán realizarse una evaluación de aptitud psiquiátrica, psicológica, familiar y social y una evaluación específica de acuerdo con el perfil de la tarea que va a realizar, que será efectuada y registrada en una historia clínica unificada por equipos técnicos externos a las fuerzas de seguridad. Esos equipos técnicos estarán integrados por profesionales aportados por el Colegio de Psicólogos, el Colegio Médico y el Colegio de Trabajo Social.

Tener policías, sobre todo los que portan armas, con buena capacitación y equilibrio emocional es una exigencia que no puede demorarse Tener policías, sobre todo los que portan armas, con buena capacitación y equilibrio emocional es una exigencia que no puede demorarse

Un dato relevante es que los informes que se realicen serán vinculantes. Es decir, la declaración de “no apto” deberá ser acatada obligatoriamente. En la actualidad se realizan exámenes, cuyos responsables son profesionales que revisten dentro de la fuerza, pero no son vinculantes. Y han trascendido versiones de que se les ha “pedido” a los psicólogos de la Policía que no sean demasiado exigentes en las evaluaciones, ya sea específicamente a algunos de los aspirantes o a todos, dada la urgencia para incorporar efectivos que colaboren con la seguridad en la provincia. Las consecuencias de esta laxitud o escasa rigurosidad en los exámenes se observan cuando los policías se comportan de un modo inapropiado, por decirlo suavemente.

La ley seguramente será aprobada en el Senado provincial. Lo que no es tan seguro es que sus postulados se cumplan según lo que marca el articulado. Cambiar la cultura de los controles demasiados flexibles lleva su tiempo y exige voluntad política para implementar esas transformaciones con firmeza. Pero deberá considerarse que tener policías, sobre todo los que portan armas, con buena capacitación y equilibrio emocional es una exigencia que no puede demorarse en cumplir.

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