sábado 23 de marzo de 2024
Editorial

Dos mundos

El proyecto de creación de cien escuelas técnicas puede significar un aporte concreto a la articulación entre el mundo de la educación y del trabajo.

Uno de los problemas que tienen los jóvenes que terminan la escuela secundaria y no continúan con los estudios terciarios o universitarios es la falta de herramientas para el acceso a empleos de calidad. Muchos ni siquiera buscan trabajo, otros lo buscan, pero no lo consiguen y otros logran acceder a empleos informales o de baja calificación. Son muy pocos los que obtienen trabajos en blanco, con estabilidad laboral e ingresos por arriba de la línea de pobreza.

Hay todo un debate instalado respecto de la educación secundaria, pero coincidencia abrumadora respecto de que no prepara adecuadamente para enfrentar el mundo del trabajo.

Durante el mes de diciembre pasado, el gobierno de la ciudad de Buenos Aires anunció la implementación de prácticas educativas obligatorias en empresas y organizaciones para todos los estudiantes de 5° año de secundaria a partir del ciclo lectivo 2022. ¿El objetivo?: lograr un acercamiento entre los alumnos y el mundo laboral. La iniciativa fue cuestionada por algunos sectores, incluidos los gremios docentes, porque implicaba facilitar a las empresas “mano de obra precarizada”. Más allá de la polémica, el proyecto procura dar una respuesta al problema existente.

También en esa misma tónica, el miércoles el presidente Alberto Fernández anunció la construcción de 100 escuelas técnicas, que tienen como objetivo capacitar en oficios y propiciar salida laboral a jóvenes de sectores con derechos vulnerados, concretamente a chicos de entre 15 y 18 años que abandonaron la escuela tras concluir la primaria, que hayan iniciado sus estudios pero que luego se desvincularon por al menos un año perdiendo así su condición de estudiante regular, o bien que se encuentren en situación de haber repetido al menos dos veces consecutivas un determinado año escolar.

El proyecto de creación de cien escuelas técnicas puede significar un aporte concreto a la articulación entre el mundo de la educación y del trabajo. El proyecto de creación de cien escuelas técnicas puede significar un aporte concreto a la articulación entre el mundo de la educación y del trabajo.

A diferencia de las escuelas técnicas tradicionales, cuya incidencia en la educación argentina prácticamente se desvaneció durante la década del 90, las nuevas escuelas técnicas añaden a los oficios clásicos otros vinculados a las nuevas tecnologías o a actividades relacionadas con el desarrollo sustentable: las especialidades serán Agroindustria; Bioeconomía; Construcciones; Economía del conocimiento; Energías; Industria textil; Minería, Mecánica automotriz; Metalmecánica; Madera y muebles; Petróleo y gas; Tecnología 4.0; y Telecomunicaciones.

Lo novedoso es que, según el proyecto original, las especialidades se irán definiendo de acuerdo al perfil productivo de cada provincia. Se entiende, por ejemplo, que Agroindustria, Minería e Industria textil serán prioritarias en las escuelas técnicas que empiecen a funcionar en Catamarca.

El proyecto es atractivo en su planteo teórico y puede significar un aporte concreto a la articulación entre el mundo de la educación y del trabajo, dos mundos que a veces parecen desconectados entre sí. De todos modos, en un país como la Argentina, donde los mejores planes suelen sucumbir ante las carencias presupuestarias, habrá que aguardar el desarrollo de los acontecimientos.

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