martes 26 de marzo de 2024
Creó el monumento del Beato en la montaña

El Concejo Deliberante de FME reconoció al fallecido artista plástico Antonio Emilio Forner

Los familiares del homenajeado recibieron de manos de los concejales una copia del Proyecto de Declaración, y una Plaqueta Recordatoria que destaca al mencionado artista.

En la jornada de este jueves, el Concejo Deliberante de Fray Mamerto Esquiú, brindó un reconocimiento “post mórtem” al artista plástico y escultor Antonio Emilio Forner, creador entre otras magníficas obras, del monumento a Fray Mamerto Esquiú, que se erige en la montaña, en adyacencias a la iglesia y plaza de San José, en Piedra Blanca.

Durante la ceremonia, desarrollada en el recinto, los familiares del homenajeado recibieron de manos de los concejales una copia del Proyecto de Declaración, y una Plaqueta Recordatoria que destaca al mencionado artista.

La concejala Belkys Vera, impulsora de la iniciativa, señaló: “a dos años de la Beatificación a Fray Mamerto Esquiú, referirnos a este emblemático monumento de nuestro departamento, y reconocer a quien fuera su ejecutor, es una tarea que nos implica y compromete a todos y cada uno, no solo como funcionarios representantes de este pueblo, sino también como vecinos”, expresó la edil, para luego brindar datos históricos de aquel hecho trascendental para la comunidad del departamento chacarero “A la estatua la construyó el escultor Antonio Emilio Forner, en su taller en la ciudad Catamarca, y luego fue trasladada en medio de un imponente operativo hasta su emplazamiento. Una vez allí, se produjo la inauguración del monumento el 12 de diciembre de 1976, oportunidad donde estuvieron presentes en Piedra Blanca seis obispos argentinos”, remarcó.

“Hace 46 años fue concluida la obra del Monumento que honra al Beato Mamerto Esquiú, un hombre fundamental de nuestro pasado, una figura imprescindible del presente y el guía de nuestro futuro”, concluyó.

Por su parte, Miguel Forner, hijo del extinto escultor, agradeció a los concejales por el reconocimiento, y manifestó que este hecho emociona a todos los que conocieron a su padre “estamos emocionados por este reconocimiento que se le ha brindado a mi padre, que, entre sus obras, ha construido este imponente Monumento del Beato Esquiú, tan característico y representativo de este departamento”, expresó emocionado.

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El Monumento

En el texto de normativa, se reseña sobre los acontecimientos que llevaron a la construcción de esta emblemática obra, cuyos datos –especificó la concejal Belkys Vera- fueron aportados por el historiador Mario Daniel Vera, además de testimonios de vecinos, y de artículos periodísticos Comisión Provincial de Homenaje a Fray Mamerto Esquiú, que fue la encargada de organizar y ejecutar una serie de actividades para conmemorar el sesquicentenario de su natalicio, entre ellas la construcción del Monumento.

El terreno donde se erige la estatua fue donado por don Ignacio Escobal, y la obra comenzó a construirse en septiembre de 1975, y con la intención de que la figura del Padre Esquiú no estuviera sola, se llamó a un concurso público para determinar con qué se lo acompañaba. Un joven de la Escuela Ciclo Básico para la Comunidad Rural, prestigiosa institución educativa de la época ganó el concurso con su propuesta de unas arcadas como fondo que simbolizan los valores franciscanos de pobreza, obediencia y castidad. La comuna colaboró con varios obreros, entre ellos estaba Leonardo Canciani, un hombre oriundo de la Falda de los Maza. Este señor era propietario de unos burros que fueron fundamentales en esta obra.

A la estatua la construyó el escultor Antonio Emilio Forner, en su taller de la calle Caseros, en la capital de Catamarca, y un joven llamado Arturo Paradella hacía de modelo. Está realizada en piedra reconstituida, que es el cemento blanco, cemento común y hierros, y se ocupó un molde de yeso.

Fue un verdadero operativo su realización, su traslado y su emplazamiento en el cerro. La estatua tiene dos metros treinta de altura y pesa más de dos mil kilos. Para trasladarla desde el taller del escultor hacia la localidad de San José de Piedra Blanca.

La gran creatividad de don Leoncio Raúl Peralta, uno de los principales impulsores de la obra, hizo que no fuera tan difícil subirla por el escarpado cerro. Con cuatro tablones largos y firmes de albañil se hizo una especie de vías de ferrocarril por donde corrían lentamente las ruedas de la cureña, sobre la cual iba la pesada estatua, mientras cientos de soldados y obreros empujaban la cureña y otros, la tiraban con varias sogas. Muchísima gente se congregó ese día para presenciar tan importante acontecimiento.

El 12 de diciembre de 1976 fue inaugurado el monumento. En aquella jornada estuvieron presentes en Piedra Blanca seis obispos argentinos, los de las diócesis de Córdoba, Salta, Tucumán, La Rioja, Buenos Aires y Catamarca”.

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