Por orden del juez de Control de Garantías de Cuarta Nominación, Marcelo Sago, ayer a la mañana se concretó el desalojo en la casa de retiro espiritual “San José”, en la villa veraniega de El Rodeo, Ambato. En junio, las autoridades del Colegio Privado Santa Rosa de Lima y Cristo Rey denunciaron que personas usurparon este predio. "Estas personas ingresaron a nuestro domicilio, violentaron las puertas y están disponiendo de nuestros bienes, fruto del sacrificio y de la colaboración de todos", manifestaron.
Por este hecho, la Fiscalía de Instrucción de Séptima Nominación, a cargo del fiscal Alejandro Gober, en julio imputó por presunta “usurpación por turbación de la posesión” y “usurpación por desalojo de la posesión” a Fernando Néstor Vega y Flavia Vanesa Vega. Oportunamente fueron indagados y el acusado realizó un descargo. Ambos se encuentran en libertad. Ahora interviene el fiscal de Instrucción de Octava Nominación, Sebastián Pelisari.
El pasado 12 de junio, la hermana Evangelina Villalba denunció penalmente contra autores desconocidos la usurpación de la casa de la Congregación de las Hermanas Misioneras Catequistas de Cristo y aseguró que ellas son las propietarias del inmueble.
Luego de la denuncia de Villalba se conoció que una familia de apellidos Vega Véliz estaba habitando en la casa. Esa familia manifestó ser propietaria de la vivienda en cuestión y del predio en donde está ubicada.
Además, se supo que desde hace seis años, Fernando Néstor Vega, Pedro González, la organización Cristo Rey y otros ocupantes están en juicio por el predio ubicado en El Rodeo, donde se encuentra la casa. Así lo dio a conocer Vega, junto a su sobrina, Vanesa Vega, en una entrevista que brindaron a este medio oportunamente. De acuerdo con la información que aportaron Fernando y Vanesa a este medio, el juicio se está desarrollando en el Juzgado de Primera Instancia en lo Civil de Cuarta Nominación.
"Estas personas ingresaron a nuestro domicilio, violentaron las puertas y están disponiendo de nuestros bienes, fruto del sacrificio y de la colaboración de todos", manifestaron las autoridades del Colegio durante un abrazo simbólico.
A principios de agosto, el abogado Jorge Sosa, representante de la Congregación de las Hermanas Misioneras Catequistas de Cristo, solicitó a la Fiscalía que entendía en la causa que se tramite el inmediato desalojo de la familia Vega, sospechada por la presunta usurpación de la casa de las monjas.
Respuesta
Cuando se conoció la denuncia, los acusados públicamente dieron una respuesta. Aseguraron que la vivienda y el predio en donde ésta se encuentra les pertenece. También aseguraron que las monjas les usurparon a ellos el lugar. Según mencionaron, los terrenos son propiedad de la familia.
“Hay muchas cosas negras acá. Todas las personas que están usurpando, que dejen el predio. Nos pertenece a nosotros. Me han puesto miles de trabas. Tengo prácticamente todos los papeles en regla de la propiedad. Es de mi familia. Ellos me han usurpado a mí. Tengo hasta el libre deuda, todo legal. No me pienso retirar hasta que se me arreglen bien las cosas”, aseguró Fernando.
Vanesa, por su parte, manifestó que “los únicos usurpadores es el Obispado de Catamarca, que se hicieron dueños y acreedores de toda la finca N° 82. No es un terreno como dicen las señoras monjas. No se violentó nada como dicen ellas. Estamos cansados de que el Obispado se haga cargo de toda la tierra, es una vergüenza lo que han hecho”.
En su momento, el acusado expresó que su abuela, una mujer llamada Mercedes Zelarayán, era dueña del predio. Vanesa, por su parte, manifestó que José María Pérez, esposo de Zelarayán, donó un terreno a su cuñado Daniel Zelarayán, que era el cura que por entonces estaba en El Rodeo. Le donó ese terreno para que allí se construya la iglesia Nuestra Señora de La Candelaria. Luego, cuando Daniel Zelarayán murió en un accidente, “el Obispado se adueña de todo”, de acuerdo con lo que detalló Vanesa.
“El señor Pérez, que es mi bisabuelo, es el único fundador de la Escuela Nº 247 de El Rodeo. Él le donó, de todas sus tierras, para que hagan la iglesia de La Candelaria. El curita que estaba en ese entonces era hermano de mi bisabuela Zelarayán. Ahí es donde estos del Obispado se aprovechan de poner todo a nombre de ellos”, añadió Vanesa.