miércoles 19 de noviembre de 2025
GARAMOND 11

Pasado mañana

Por Juan Francisco Uriarte

Están comenzando a leer un texto que anuncia una alerta climatológica de nuestros días que volverá a ser desoída. Quizás no debería ser escrito pues, como tal, no producirá ninguna acción en nuestros gobernantes (me refiero a los locales y a los de las potencias planetarias, que vienen desoyendo este tipo de advertencias desde que comenzaron).

Escribo, sin embargo, para que al menos ustedes no se sorprendan luego, y porque se trata de la primera vez en la historia de la Humanidad que un Estado declara un fenómeno específico a la categoría de riesgo existencial para su pueblo.

¿Recuerdan la peli El día después de mañana? Aunque no la hayan visto muchos de ustedes sabrán distinguir sus escenas más impactantes, esas que mostraban al hemisferio norte congelado súbitamente, y a un grupito de geniecillos de secundaria quemando clásicos en la Biblioteca Pública de Nueva York para no morir congelados. Luego la épica hollywoodense resuelve todo entre risas, alivios y la sacrosanta bandera de las 50 estrellitas flameando entre los supervivientes de aquella increíble salvada “por un pelo” de la existencia humana.

Bueno, en la trama del film estrenado en 2004 (década del auge del cine-catástrofe), el lío que se anunciaba estaba dado por el colapso de la corriente oceánica del Atlántico Norte, provocado por el calentamiento global, lo que desencadenó una nueva era glacial y desató tormentas catastróficas en todo el planeta.

Esa película exagera los problemas y sus soluciones, claro; ser increíble era parte del truco tranquilizador que solían tener aquellos productos del recién llegado tercer milenio.

Pero el 12 de noviembre de este año, el gobierno de Islandia dio un paso inédito en la política climática internacional al declarar (insisto) por primera vez en la historia de la Humanidad, que el posible colapso de la Circulación de Vuelco Meridional del Atlántico constituye una amenaza directa para su seguridad nacional.

¿Y qué es la Circulación de Vuelco Meridional del Atlántico? Es uno de los componentes más importantes del sistema climático global. Funciona como una gigantesca cinta transportadora que desplaza aguas cálidas desde el Caribe hasta el Atlántico Norte, suavizando los inviernos euroasiáticos y contribuyendo a equilibrar la circulación oceánica del hemisferio norte. Al enfriarse en latitudes nórdicas, estas aguas se vuelven más densas, se hunden y vuelven al sur por las profundidades del océano, completando un ciclo esencial para el balance térmico de nuestro planeta.

Este mecanismo, nos dice desde allá el gobierno islandés, se encuentra bajo una presión nunca antes registrada. El calentamiento global aceleró el deshielo de Groenlandia y el Ártico, lo que añade grandes volúmenes de agua dulce fría al Atlántico Norte. Este aporte diluye la salinidad y reduce la densidad del agua superficial, dificultando el hundimiento que alimenta esta particular (y necesaria) Circulación.

El gobierno de Islandia declaró que el posible colapso de la Circulación de Vuelco Meridional del Atlántico constituye una amenaza directa para su seguridad nacional. El gobierno de Islandia declaró que el posible colapso de la Circulación de Vuelco Meridional del Atlántico constituye una amenaza directa para su seguridad nacional.

Son incontables los estudios que detectan señales de este desequilibrio desde la década de 1970 y advierten que, si las emisiones de gases de efecto invernadero continúan al ritmo actual, la corriente podría colapsar a partir de 2035, en apenas una década.

Aunque todavía no hay fecha exacta de cuándo podría darse el colapso, el consenso científico (como en la peli) coincide en que el punto de no retorno podría estar mucho más cerca de lo previsto. Esta corriente ya colapsó en el pasado y precedió a la última Edad de Hielo, que terminó hace unos 12.000 años.

Y ustedes ahora dirán… 2035, Islandia, Eurasia, hemisferio norte… ¿qué preocupación podríamos tener en Catamarca, lejos de todo aquello? Sucede que las consecuencias de un eventual colapso serían de alcance planetario. Para Eurasia los expertos anticipan inviernos más largos y fríos (algo que ya está ocurriendo), un incremento de las temperaturas extremas (ya está ocurriendo), una caída de la productividad agrícola y graves alteraciones en los ecosistemas marinos, con efectos directos en la pesca (que también está ocurriendo).

Y otra vez, ¿qué tendrá que ver eso con nosotros? Bueno, sucede que la Circulación de la que hablamos también influye en los patrones de lluvia de África, Sudamérica y el sur de Asia. Su debilitamiento o desaparición podría modificar los monzones, intensificar sequías y agravar la inseguridad alimentaria (que ocurre hace años). En nuestras costas, además, un Atlántico sin circulación profunda aceleraría el calentamiento de la Antártida, incrementando el deshielo y elevando el nivel del mar a escala global.

La Circulación de Vuelco Meridional del Atlántico ya colapsó en el pasado y precedió a la última Edad de Hielo, que terminó hace unos 12.000 años. La Circulación de Vuelco Meridional del Atlántico ya colapsó en el pasado y precedió a la última Edad de Hielo, que terminó hace unos 12.000 años.

Como les digo, este tipo de advertencias son sistemática e históricamente desoídas desde que existen. Esta vez, sin embargo, al menos un gobierno decidió escuchar a sus expertos y prever cambios y mejoras para evitar lo peor para sus ciudadanos. Cómo y cuándo sucederán aún es un misterio, pero los cataclismos increíbles de películas como El día después de mañana están aquí, a la vuelta de la esquina, sucederán en nada.

Ya verán, en días venideros, cómo nuevos récords de temperaturas nacionales nos vuelven a encontrar en el podio de las provincias más calurosas del país. También verán cómo nadie, entre nuestros gobernantes, toma nota del asunto.

Esto fue Garamond 11. Hasta la próxima, lectores.

Por comentarios, críticas o sugerencias: [email protected]

Seguí leyendo

Te Puede Interesar