Finalmente, el Tribunal de Enjuiciamiento rechazó la inhibición planteada por el fiscal penal juvenil Guillermo Narváez y determinó que deberá intervenir en el jury contra el fiscal de Instrucción nº5, Hugo Costilla, quien está cuestionado por su desempeño en lo que se conoció como la "Causa Wika". Narváez tiene un plazo de seis días para definir si presentará una acusación, tal como lo hizo su antecesor Augusto Barros, o si desiste de la acusación.
El Tribunal, conformado por el presidente de la Corte, Hernán Martel, los abogados Federico Pague y Cecilia Martín, el senador Augusto Ojeda y los diputados Damián Brizuela y Carlos Marsilli, desestimó el planteo que había realizado Narváez, quien adujo "graves motivos de violencia moral, decoro y delicadeza" que, a su criterio, comprometían la objetividad requerida para ejercer como fiscal acusador en el jury.
Narváez, quien aseguró que mantiene una profunda amistad con el fiscal Costilla y que ese vínculo a su vez se extendió a sus hijas, ahora está obligado a entender en la causa. Dentro de seis días deberá formular una nueva acusación o fundamentar por qué considera que el trámite contra Costilla no debe continuar. Con esta decisión, se reactivaron los plazos que habían sido suspendidos con el apartamiento de Augusto Barros.
El expediente de la Causa Wika llegó a las manos de Narváez luego de la inhibición del fiscal de Cámara Penal nº1, Alejandro Dalla Lasta, a quien sí le aceptaron sus planteos relacionados con el vínculo de amistad que lo une con Costilla: a diferencia de Narváez, Dalla Lasta había sido uno de los testigos de concepto propuesto por el fiscal antes de que la acusación de Barros fuera desestimada.
Esto último ocurrió cuando Costilla denunció a Barros y al relator de la Corte, Arturo Herrera Basualdo, por un intercambio de correos electrónicos en el que se filtró un pliego de preguntas que se harían durante el juicio, que debió haber empezado el 1 de septiembre pasado.
