La multiplicación de alternativas disponibles para votar en contra del Gobierno provincial es consecuencia de la incapacidad de los propietarios de la franquicia libertaria catamarqueña para conectarse con los sectores del arco opositor y sostener la expectativa que habían obtenido al ubicarse en segundo lugar en las elecciones gubernamentales de 2023, por encima del desaparecido Juntos por el Cambio.
Aunque gran parte de este fracaso pueda atribuirse, como en otras provincias, a la estrategia facciosa diseñada por Karina Milei y el menemismo residual, hay que recordar que la fragmentación extrema de las opciones opositoras fue precedida por descascaramientos en la propia formación de la Libertad Avanza. El candidato a gobernador, José Jalil Colomé, fue exonerado poco después del exitoso debut electoral. Lo siguió el diputado provincial electo Fernando Baigorrí, presidente del Movimiento de Integración y Desarrollo. Antes de las elecciones había sido expulsado el empresario Javier Galán.
Estas escisiones incluyeron controversias por la administración de los fondos de campaña que tuvieron derivaciones penales en la Justicia Federal. El MID acusó por malversaciones al titular de la ANSES, Pablo Agüero. Los expedientes se archivaron, pero el MID y UNITE, los partidos que conformaron la alianza libertaria en 2023, fueron sancionados por defectos en las rendiciones de cuenta y no recibieron fondos para este turno. UNITE es el partido de José Luis Espert, que Agüero manejaba en Catamarca.
Jalil Colomé es ahora candidato a diputado nacional del frente “Primero Catamarca”, que lleva como primer candidato a diputado provincial al ex diputado nacional Rubén Manzi. Galán encabeza por su parte la lista de diputados provinciales del MID, que propone a Baigorrí para el Congreso.
La incorporación de los radicales “peluca” Tiago Puente y Francisco Monti, diputado nacional degradado a tercer candidato a diputado provincial, le dio por otro lado nuevos bríos al radicalismo orgánico, que corre junto a Movilización como “Somos Provincias Unidas”, con el concejal Fernando Navarro como candidato a diputado nacional y Luis Fadel primero en la nómina provincial.
Que Milei en persona haya tenido que salir a afrontar manifestaciones en su contra en las provincias es síntoma de las dificultades que tienen sus candidatos para hacer pie solo con la sigla violeta Que Milei en persona haya tenido que salir a afrontar manifestaciones en su contra en las provincias es síntoma de las dificultades que tienen sus candidatos para hacer pie solo con la sigla violeta
A estas tres propuestas de la oposición distintas de la Libertad Avanza se suman otras 4 en la competencia por el Congreso y la del Frente Amplio Catamarqueño con el que el diputado provincial Hugo “Grillo” Ávila intenta su reelección solo con listas para la Legislatura y los concejos deliberantes.
Pelea encarnizada
La dispersión de la oferta refleja lo encarnizado de una disputa por el posicionamiento en el arco opositor que se libra en dos frentes, porque los cargos nacionales se votarán con Boleta Única, separados de los provinciales.
Conviene prestar atención a este detalle, porque los resultados obtenidos por La Libertad Avanza en octubre de 2023 obedecieron a que la figura de Javier Milei traccionaba todas las categorías desde la cabeza de la boleta como candidato a Presidente. Los libertarios apuestan a que los vestigios de aquella fascinación se trasladen ahora al sello violeta y produzcan la polarización con el Gobierno. Las dudas sobre lo automático de este fenómeno se incrementaron con mayor intensidad desde las derrotas de La Libertad Avanza en Corrientes y la Provincia de Buenos Aires, que operan en sinergia con los escándalos de las coimas en la Administración nacional de Discapacidad y las relaciones con el narcotráfico de José Luis Espert.
Que Milei en persona haya tenido que salir a afrontar manifestaciones en su contra en las provincias es síntoma de las dificultades que tienen sus candidatos para hacer pie solo con la sigla LLA.
Salvo en Buenos Aires, el discurso que baja en estas incursiones proselitistas excluye alusiones críticas a los gobiernos provinciales por razones lógicas. El triunfo arrasador que revertiría su fragilidad en el Congreso no será y necesita recomponer relaciones con los mandatarios a los que agredió y desfinanció para intentar construir la consistencia política e institucional que le exigen los Estados Unidos.
El factor dialoguista
El viraje libertario hacia el dialoguismo con los caudillos provinciales abre en el último tramo del litigio vías productivas para las propuestas que buscan romper la polarización en Catamarca. Quienes mejor lo advierten son los radicales “peluca”, que deben lidiar con la reticencia del comando de campaña controlado por los “puros” para introducir en la campaña ingredientes provinciales que den contenido al slogan “Jalilandia o Libertad”.
Los esfuerzos se topan con la obediencia debida de operadores “paladar negro” inhabilitados para desmarcarse un ápice de las directivas nacionales. Todos sus movimientos, hasta los videos, deben ser autorizados por los estrategas de la Casa Rosada.
Esto explica que Monti y Puente, relegados a las listas provinciales, desarrollen acciones autónomas: para ellos lo principal es obtener buenos resultados en la boleta tradicional, no en la Única. La nacionalización les obstaculiza el trabajo para arrebatarle dirigencia a los radicales “orgánicos”, que trabajan bajo el paraguas retórico de “Provincias Unidas”.
Manzi y Jalil Colomé abrevan también en el público que los libertarios, ahora sí con la ayuda de los “peluca”, perdieron por acatar órdenes nacionales en asuntos tan sensibles como las podas a los recursos coparticipables.
Galán, al amparo del MID, parece consolidarse. “Grillo” Ávila, áspero contendiente del Gobierno, ha conformado listas en toda la provincia.
En escenario tan balcanizado, la izquierda se esperanza con meterse por primera vez en la Cámara de Diputados, con Pedro Saracho.
La incertidumbre es tal que el mismo oficialismo teme perder la banca nacional de Claudia Palladino, que secunda al ministro de Gobierno Fernando Monguillot, a manos de alguna de las opciones que lo cuestionan.
En 2023, La Libertad Avanza, con Milei en su apogeo, obtuvo el 23,4% contra 22,4% de Juntos por el Cambio: apenas un punto de diferencia. Raúl Jalil accedió a la reelección con un aplastante 54%.
Es ese electorado de Juntos por el Cambio el que se disputa la constelación opositora en este turno, pero conviene tener en cuenta otro elemento.
En aquella elección, la segunda fuerza no fueron los libertarios sino el voto en blanco: 24%. Casi 60 mil catamarqueños se tomaron el trabajo de concurrir a votar para rechazar la totalidad de la propuesta. En ninguna otra provincia ocurrió algo parecido.
Si se le suma el ausentismo, que fue del 25%, es la mitad del padrón. Hay una vacancia de representación cuya evolución también dará tela para cortar el 26 de octubre.