"El retraso madurativo lo llevó a no comprender la criminalidad del acto"
Para la defensa de Jorge Castro, él no tiene una capacidad de raciocinio respecto de lo que está bien y lo que está mal.
Castro. El imputado.
Para la defensa de Jorge Castro, el principal imputado por el homicidio de Miguel Ángel Ferreyra, el hombre no comprendió la criminalidad del acto por el cual se encuentra acusado. ¿El motivo? El retraso madurativo moderado que posee. Así lo mencionó el abogado Jorge Bracamonte (h), quien defiende a Castro y Mónica Murúa, los dos sospechosos. “Mi defendido, el señor Castro, posee una patología de salud mental. No se ha valorado efectivamente como debía valorarse en su momento esta situación y, por ende, nos hemos opuesto para que el juez de Control de Garantías decida si eleva la causa a juicio o no. Este retraso madurativo, en principio, haría que no pueda haber comprendido la criminalidad del acto, teniendo en cuenta que él no tiene una capacidad de raciocinio respecto de lo que está bien y lo que está mal. También hicieron mención a que no tiene capacidad reflexiva, es decir, no se da cuenta de cuáles son las consecuencias de sus actos. Está claramente probado que esta patología afecta a mi cliente y esto lo llevó claramente a no comprender cuál era la criminalidad del acto que estaba llevando a cabo, o que llevó a cabo el día del resultado fatídico que todos conocemos”, comentó Bracamonte en una entrevista con El Ancasti. Por otra parte, el defensor indicó que en la audiencia de oposición de elevación a juicio de la causa, la psicopedagoga del Cuerpo Interdisciplinario Forense (CIF) precisó que Castro tiene la edad mental equiparable a la de un niño de ocho años. Además, Bracamonte se refirió a la situación de Murúa, quien también está involucrada en el suceso sangriento. “La señora Murúa actuó por una motivación que se basa en defender a su hijo con discapacidad, que en el momento del hecho estaba siendo golpeado por otras personas. Esta defensa cree que la señora Murúa actuó motivada por esta defensa de su hijo con discapacidad, y se encuentra alcanzada por una causa de justificación que está tipificada en el Código Penal, en el artículo 34 inciso, por lo cual entiende esta defensa que a los elementos del delito le faltaría el elemento anti-judicial”, concluyó.
Pedidos
En la audiencia, la defensa solicitó el sobreseimiento de Castro y Murúa. En lo referido a Castro, pidió que se declare el sobreseimiento por inimputabilidad. Esto se debe a que el hombre tiene un retraso madurativo moderado. En tanto, para Murúa, el defensor solicitó el sobreseimiento porque actuó con causa de justificación. El fiscal de Instrucción N° 2, Laureano Palacios; junto a los abogados querellantes, Sebastián Ibáñez y Marcos Gandini, pidieron que Castro y Murúa vayan a juicio por el asesinato de Ferreyra. El juez de Control de Garantías N° 3, Lucas Vaccaroni, deberá resolver todos los planteos que se hicieron en la audiencia. Esto es: si Castro es inimputable o no; y si Castro y Murúa son sobreseídos o si van a juicio por el hecho de sangre. La sentencia de Vaccaroni se conocerá hoy.
La investigación estableció, con el grado de probabilidad requerido en esta instancia, que el hecho sucedió el 10 de septiembre de 2023 en la localidad de El Bañado, departamento Valle Viejo. Las pruebas reunidas -testimoniales, inspecciones oculares, secuestros de elementos, pericias varias y registros fílmicos- permitieron reconstruir la secuencia del hecho.
Ese día, alrededor de las 10.15, Ferreyra se encontraba junto a varias personas consumiendo bebidas alcohólicas en la vía pública, cerca del canal conocido como “Canal de la Muerte”, en el barrio 140 Viviendas de El Bañado, Valle Viejo. En ese contexto, Castro llegó al lugar en una motocicleta y discutió con la víctima debido a conflictos previos. El enfrentamiento derivó en una pelea a golpes de puño, que fue interrumpida por un testigo.
Castro se retiró del lugar y regresó minutos después a pie, acompañado por su madre. Llevaba consigo dos cuchillos y una pala, mientras que Murúa portaba un látigo.
Al reencontrarse con Ferreyra, Murúa lo insultó e incitó a pelear, al tiempo que le propinaba golpes con el látigo. Un testigo intentó mediar y evitar la agresión interponiendo su motocicleta. La víctima intentó alejarse caminando, pero Castro y Murúa lo alcanzaron en la intersección de calle José Luis de Galarza y una calle sin nombre del barrio 140 Viviendas.
Allí -según se desprende de la investigación-, Castro golpeó a la víctima con la pala, mientras Murúa continuaba atacándolo con el látigo. Finalmente, con Ferreyra ya sin poder defenderse, Castro le asestó una puñalada en el tórax con un cuchillo, provocándole la muerte.
En el expediente, Castro está imputado por “homicidio simple en calidad de autor” y Murúa, por “homicidio simple en calidad de partícipe secundaria”. Castro y Murúa están acusados por esos delitos y detenidos con prisión preventiva.