Los culpables pueden recibir penas de hasta 25 años y 12 años y medio de prisión, respectivamente.
Jorge Castro y su madre Mónica Murúa fueron condenados por unanimidad ayer por el homicidio de Miguel Ángel “Látigo” Ferreyra. Fueron declarados culpables por el hecho de sangre. La decisión fue tomada por el jurado popular en el tercer y último día del juicio por jurados.
La jornada comenzó en las primeras horas de la mañana con los alegatos finales de las partes y se extendió hasta pasadas las 16 con el veredicto del jurado en la Oficina de Gestión de Audiencias (OGA) del Poder Judicial, en la ciudad Capital.
En los alegatos, la Fiscalía y la querella solicitaron que Castro y Murúa sean declarados culpables por los delitos por los que estaban acusados. Es decir, Castro por homicidio simple en calidad de autor y Murúa por homicidio simple como partícipe secundaria. En tanto, las defensas pidieron que los dos sean declarados no culpables. El jurado condenó a ambos.
Con esta decisión, ahora Castro y Murúa deberán afrontar la audiencia de cesura de pena, en la que se fijará el monto de la pena que deberán cumplir. Este acto procesal está programado para el próximo martes en la OGA.
En la ocasión, la Fiscalía, la querella y las defensas deberán plantear cuántos años de pena le corresponden a cada uno. Este planteo lo harán ante el juez director del proceso, Silvio Martoccia. Luego de escuchar a las partes, Martoccia definirá la pena que tendrán que cumplir. Castro puede ser sentenciado a una pena de entre 8 a 25 años de prisión efectiva. Murúa, por su parte, a una pena de entre 5 años y medio hasta 12 años y medio.
Tanto Castro como Murúa llegaron al juicio detenidos con prisión preventiva. Están encarcelados desde hace más de dos años. Castro estaba alojado en el Servicio Penitenciario Provincial (SPP) de Miraflores, en Capayán. Murúa, en la Unidad Penal de Mujeres N° 2, en la Capital. Esto significa que ya tienen parte de la condena cumplida.
Una vez finalizada esta instancia, las defensas, especialmente, podrán presentar el recurso de casación ante la Corte de Justicia de Catamarca, en la búsqueda de revertir el fallo del jurado popular.
Tras la decisión del jurado, los familiares y amigos de Ferreyra rompieron en llanto. Katya Salas, viuda de la víctima, y Ángela Herrera, madre del hombre, entre otros parientes, se emocionaron al escuchar el veredicto. Fue un desahogo. El miércoles, en el segundo día del juicio, Castro se había visto favorecido por las declaraciones de las peritos oficiales que le hicieron las pericias psicológica y psiquiátrica, y la junta interdisciplinaria.
Las especialistas declararon que el hombre -que tiene un retraso madurativo moderado- no comprendía la criminalidad del homicidio y que tampoco puede entender las consecuencias de sus acciones. Esta circunstancia reforzó la posibilidad de que Castro pueda ser considerado inimputable y acceder a la absolución, algo que no sucedió.
El abogado querellante, Sebastián Ibáñez, consideró que “el jurado estuvo a la altura del caso. Confiábamos, con los fiscales, en el sentido común y en el criterio de justicia natural de nuestra comunidad”. Para el letrado, “el jurado tuvo en cuenta todo, no solamente lo que la defensa le solicitó en su alegato”.
Ibáñez indicó que “el jurado entendió que Castro era imputable, que entendió mínimamente lo que hizo. Por la comisión del hecho, por cómo eligió las armas, por haber intentado agredir dos días antes (del crimen) a Ferreyra, por cómo ocultar el arma cuando va a atacarlo. El hecho de que sean mostradas las armas ante el jurado fue muy importante. La defensa no quería que se incorporen al juicio. Con la Fiscalía la sostuvimos desde un primer momento”.
Por último, destacó que “los testimonios son todos coincidentes en cuanto a que Castro entendía lo que estaba haciendo; sí entendía que estaba matando a alguien, que estaba haciendo daño a alguien”.
Hecho
A “Látigo” lo mataron el 10 de septiembre de 2023 en el barrio 140 Viviendas, en Valle Viejo. Lo ultimaron de un puntazo en el pecho.
