martes 12 de marzo de 2024
Superfinal

El día que la familia Gallardo le dijo que "no" a Boca

Al hoy entrenador de River lo fueron a buscar de pibe para que sea jugador de Boca, pero eso no se dio. Mirá cómo pasó.

Por Redacción El Ancasti

Ese chiquilín, el hijo de Máximo, el que descollaba en el club Nahuel de Merlo y no le temía a las patadas, ya tenía muchos ojos encima. Los que seguían su paso corto pero firme, la pegada propia de un adulto, la visión de juego fuoriclase, ya le auguraban que "iba a llegar". Uno de los que merodeaba su talento era un nombre con historia en Boca. Pero la familia Gallardo dijo no.

Ramón Héctor Ponce tiene el olfato de los que llegaron. Ex delantero, surgido de la cantera del Xeneize en 1966, también entrenador, residía en Merlo, era vecino del Muñeco. Y estaba obnubilado con sus condiciones. Entonces, le hizo la oferta, difícil de desechar para cualquier jovencito con ambiciones de elite. "Marcelo era la figurita del equipo y se empezó a correr la bola. Y Mané estaba a cargo de las inferiores de Boca", prologó el papá del hoy entrenador de River en el libro Gallardo Monumental, de Diego Borinsky.

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  • "Me lo vino a pedir varias veces. Pero Marcelo todavía estaba en la primaria y le dije que hasta que no terminara el colegio no lo llevaba a ningún lado", fue la barrera con la que se topó Ponce. En aquel entonces, a Gallardo simpatizaba por San Lorenzo, como su papá. Aquel vínculo quedó reflejado en un video que se hizo viral hace unas semanas. Posteriormente edificó una relación con River que se hizo granítica.

    Mané no se quedó con aquel no. Incluso, ante la noticia de que el Muñequito (su apodo original, gentileza de Hernán Díaz cuando lo subieron a Primera) había fichado en Núñez. "Cuando terminaba séptimo grado, un amigo de la zona me propuso llevarlo a River y fuimos. Mané se enteró unos meses después y siguió insistiendo. 'Me enteré de que el pibe tiene problemas allá', me dijo. Y le contesté: 'Está perfecto en River, de ahí no lo saco'. El destino es así. Podría haber ido a Boca y terminó siendo un símbolo de River", completó su narración Máximo en el libro.

    "Lo de River se dio de una manera muy rara, porque por una cuestión de cercanía no nos quedaba cómodo. A mi viejo le venían hablando de varios clubes, no sólo Mané Ponce para Boca. También había una alternativa de ir a Ferro, porque Pontevedra nos quedaba cerca de Merlo, y lo mismo con Vélez", confesó el propio Gallardo en la obra. Pero tenía que ser.

    Y porque el poder de convencimiento de Mané Ponce no fue suficiente o porque las cartas estaban marcadas, hoy, Marcelo Gallardo, desde el banco de River, buscará volver a ser la bestia negra de Boca en un cruce de eliminación directa, con la corona de la Copa Libertadores como premio. Gracias a que su papá se tapó los oídos cuando los cantos de la sirena provenían desde la ribera.

    Fuente: Infobae.

     

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