Un director del CONICET renunció y denunció persecución ideológica
En su carta de renuncia al CONICET, Manuel García Solá señaló "persecución ideológica".
Manuel García Solá presentó su renuncia a su cargo como director de la Red de Seguridad Alimentaria (RSA) del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), en representación del sector agropecuario, cargo para el que fue designado por la Sociedad Rural Argentina (SRA) en 2022. En su carta de despedida, el exfuncionario dejó en claro que su salida no respondía a motivos personales, sino a un profundo rechazo por lo que él consideró persecución ideológica dentro del organismo científico más importante del país.
García Solá, quien también se desempeñó como ministro de Educación durante el gobierno de Carlos Menem, especificó que uno de los motivos principales de su renuncia fue la oposición a “acciones persecutorias” dirigidas a becarios e investigadores del CONICET. Según su relato, el cambio de rumbo que tomó el gobierno respecto a las políticas científicas y tecnológicas, especialmente tras el cambio de administración en 2023, fue un factor determinante.
El exdirector denunció que el sector agropecuario había sido víctima de un aislamiento progresivo en las políticas científicas, donde las iniciativas que él mismo impulsó fueron desmanteladas o paralizadas. “La relación entre CONICET y la Sociedad Rural, que logramos fortalecer con el esfuerzo de todos, se cortó abruptamente cuando los actores cambiaron”, expresó García Solá en su carta. El proyecto de transferencia de tecnología de CONICET al sector agropecuario, que incluía una alianza con la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) y asociaciones de criadores, se estancó por el giro político en las políticas científicas del nuevo gobierno.
La situación en el CONICET y la política científica
El CONICET, uno de los organismos de ciencia y tecnología más prestigiosos de América Latina, ha vivido un período de tensiones internas y externas que reflejan los cambios políticos que atraviesa el país. La salida de García Solá es un ejemplo más de la creciente politización de la ciencia en la Argentina, donde las decisiones sobre investigación y transferencia tecnológica no están ajenas a las disputas ideológicas.
La política científica en la Argentina ha sido un campo de conflicto entre sectores liberales y progresistas, y la renuncia de García Solá pone en evidencia la difícil convivencia entre intereses nacionales, internacionales y sectoriales. La interrupción de proyectos clave, como el laboratorio de genética aplicada que buscaba consolidar el liderazgo de Argentina en selección genética en Latinoamérica, es solo uno de los ejemplos del impacto negativo que este cambio de rumbo ha tenido sobre la comunidad científica y tecnológica del país.