jueves 21 de marzo de 2024
El presidente decretó la intervención de Brasilia

La Policía recuperó el control tras un intento de golpe en Brasil

Seguidores del expresidente Jair Bolsonaro invadieron la sede del Congreso, el Palacio Presidencial y el edificio de la Corte.

Centenares de seguidores del expresidente brasileño Jair Bolsonaro invadieron ayer la sede del Congreso Nacional, el Palacio presidencial y la sede de la Corte Suprema de Brasil en una violenta manifestación que pide una intervención militar para derrocar al presidente Luiz Inácio Lula da Silva, una semana después de su asunción.

En medio de una gran conmoción dentro y fuera de Brasil, Lula anunció poco más tarde que decretaba la intervención federal en la seguridad en el Distrito Federal (la capital, Brasilia), hasta el 31 de enero y prometió el castigo a los “vándalos” que protagonizaron las tomas.

Luego de más de cuatro horas de máxima tensión, autoridades de Brasil confirmaron que la Policía recuperó el control de los edificios y logró desalojar a los manifestantes, en un operativo que incluyó gases lacrimógenos y enfrentamientos. Hay al menos 150 detenidos.

Una marea de manifestantes vestidos de amarillo y verde -los colores de la bandera brasileña y de la campaña de Bolsonaro- asaltó poco después de las 2 de la tarde las sedes de los tres poderes del Estado en la capital brasileña, en un estallido inédito de violencia que desató enseguida una ola de condenas dentro y fuera del país.

El grupo de manifestantes ultraconservadores, que defiende tesis golpistas, superó una barrera policial y subió la rampa que da acceso al techo de los edificios de la Cámara de los Diputados y del Senado.

Afuera, en la explanada del edificio, la Policía intentó dispersar a los manifestantes con gases lacrimógenos.

Los seguidores más radicales del expresidente de ultraderecha destruyeron barreras de protección y armados con palos enfrentaron a los agentes que intentaron contener, sin éxito, la entrada de los manifestantes, que poco después irrumpieron también en el Palacio presidencial del Planalto y en el edificio del Supremo Tribunal Federal (STF).

Los manifestantes golpistas rompieron vidrios, cámaras de seguridad, armarios y despachos en el Planalto y el STF, según informó Globo News.

La avalancha de ira logró frenarse varias horas después, cerca de las 19, cuando la Policía informó que la situación estaba bajo control en los tres edificios y que cerca de 30 personas habían sido arrestadas.

Un grupo de bolsonaristas extremistas estaban acampados frente al Cuartel General del Ejército, en Brasilia, desde el día posterior a las elecciones del pasado 30 de octubre, en las que Lula derrotó a Bolsonaro.

Los campamentos de los bolsonaristas radicalizados, que desconocen el triunfo electoral de Lula y la derrota de su referente y se habían multiplicado en ciudades de todo el país, habían comenzado a ser desmontados el viernes en Belo Horizonte, capital de Minas Gerais, donde ocurrieron algunos disturbios.

Lula se mostró indignado

Lula, que asumió la Presidencia de Brasil el pasado 1 de enero, estaba este fin de semana de viaje en la ciudad de Araraquara, en el interior de San Pablo, en una visita prevista desde el viernes para ver zonas de desastre causados por las lluvias.

Desde allí, el mandatario prometió que los autores de semejantes actos de violencia “serán castigados”.

Visiblemente ofuscado e indignado, el presidente informó que decretó la “intervención federal en la capital” y prometió un pronto castigo para los “vándalos” que tomaron los edificios oficiales y anunció que volvería a la capital para visitar los sitios atacados.

Además, lanzó duras críticas contra Bolsonaro, de quien dijo que “escapó” para no entregarle la banda presidencial, algo inédito en décadas de democracia en el país.

El presidente Alberto Fernández repudió el intento de golpe. "Quiero expresar mi repudio a lo que está sucediendo en Brasilia. Mi incondicional apoyo y el del pueblo argentino a @LulaOficial frente a este intento de golpe de Estado que está enfrentando", arrancó el jefe de Estado, solidarizándose con el recién asumido presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva.

"Las imágenes de hoy en Brasilia replican con exactitud las imágenes del 06/01/2021 en el Capitolio de Washington. No es casual. Los discursos del odio en medios de comunicación y redes sociales, la estigmatización del que no piensa igual, hasta querer inclusive suprimir su vida y la violencia son el signo contemporáneo de las nuevas derechas", analizó la vicepresidenta Cristina Kirchner.n

Rechazo de la dirigencia local

A través de las redes sociales, dirigentes de la política local repudiaron la toma de edificios públicos por parte de los bolsonaristas y condenaron el intento de golpe de Estado.

En este sentido, la senadora nacional Lucía Corpacci expresó: "Mi apoyo y respaldo incondicional a @LulaOficial y a la democracia brasileña atacada vilmente por bolsonaristas que no aceptan la voluntad popular expresada en las urnas". Su par, Guillermo Andrada, añadió: "Repudio los hechos de violencia que están ocurriendo en Brasil, el asalto a sus instituciones atentan contra la voluntad popular. @LulaOficial fue elegido presidente en elecciones limpias y democráticas, para estar al frente del gobierno del pueblo brasileño".

"Lamentables acciones golpistas de la derecha en Brasil por parte de simpatizantes de Bolsonaro. Repudio la violencia antidemocrática. Mi solidaridad con el Gobierno democrático de Brasil, su presidente @LulaOficial y su pueblo y que triunfe la democracia y el estado de derecho", escribió la diputada nacional Silvana Ginocchio en Twitter.

Desde la UCR, el diputado José "Chichí" Sosa expresó: "Herida a la democracia de Brasil: golpistas bolsonaristas tomaron el Congreso, el Planalto y el Superior Tribunal de Justicia a siete dias de asumir @lulaoficial. La extrema derecha fascista cuando le va mal buscan el golpe. Solidaridad con el pueblo democrático de Brasil".

En tanto que el diputado nacional Rubén Manzi (Coalición Cívica), manifestó: "Latinoamérica debe repudiar cualquier intento antidemocrático, venga de donde venga. La demagogia y el populismo, se disfrazan de derecha o de izquierda y terminan en la intolerancia y la violencia".

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